El director del Instituto de Altos Estudios Sindicales (Inaesin), León Arismendi, aseveró que en Venezuela, con el salario mínimo actual, de menos de US$1 , “el trabajo perdió su valor”.
El abogado experto en temas laborales afirmó que con el actual valor del ingreso mínimo legal de la ciudadanía no hay un indicador que permita medir cómo vive una persona con ese monto en un mes.
“El Banco Mundial dice que cuando una persona tiene ingresos inferiores a 1,90 dólares al día está en pobreza crítica, en Venezuela eso no tiene ningún parámetro con un ingreso menor a un dólar al mes”, reiteró Arismendi.
Este miércoles, 23 de septiembre, el dólar paralelo rompió la barrera de los 400.000 bolívares al cerrar la jornada de la tarde en 402.881,15 bolívares cada divisa estadounidense.
El salario mínimo en Venezuela desde el pasado 1 de mayo es de 400.000 bolívares, mientras el bono de alimentación es de 400.000 bolívares también.
Pero este jueves el paralelo subió hasta los 417.004,46 bolívares cada dólar, según la cuenta en Instagram Monitor Dólar Venezuela (@EnParaleloVzla). Es decir, el salario mensual de un venezolano es a esta fecha de 90 centavos de dólar.
“Ahora es más evidente que el trabajo ha perdido su valor, no vale nada de la manera como está fijado el salario mínimo”, reiteró en entrevista con Efecto Cocuyo.
Arismendi recordó que la política salarial de la administración de Nicolás Maduro y antes la de Hugo Chávez ha sido unilateral. Pese a las recomendaciones de la Comisión de Encuesta de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) de retomar la vía del diálogo para fijar salarios, esto en el país no ha ocurrido.
En el caso del bono de alimentación, la Ley del Cesta Ticket Socialista dice que las empresas están obligadas a darle una comida diaria a un trabajador o el equivalente en bolívares. Sin embargo, al estar fijado el monto en 400.000 bolívares al mes, 90 centavos de dólar, no representa ni una comida por día.
“Cualquier cuenta que hagas, qué ticket de alimentación es ese, cómo se contraviene el propio texto de una Ley que en el gobierno fueron cambiando a su manera. La norma que lo creó dice que debe dársele al trabajador una comida diaria o el equivalente a ella, y ahora no es ni lo uno ni lo otro”, expresó Arismendi.
En agosto de 2018, cuando se anunció la reconversión monetaria, se ancló el salario mínimo al petro, la moneda virtual que creó la administración de Maduro.
– Con el petro se eliminaron las convenciones colectivas –
El valor del petro se fijó en el de la cesta petrolera, pero en la práctica esto no se cumplió. La reconversión trajo consigo la “eliminación de facto” de las contrataciones colectivas del sector público, un desconocimiento más de los acuerdos a los que llegaba el gobierno con los trabajadores.
“En 2018 se dio un golpe muy duro a las convenciones colectivas que se hacen para que las partes se pongan de acuerdo en la relación de trabajo, Lo que se hizo fue derogar de facto las escalas salariales previstas en los convenios colectivos, las dejaron sin efecto y ahora no hay convenciones colectivas”, recriminó Arismendi.
2020: El año con menos ajustes del salario
Desde que Nicolás Maduro llegó al poder en el año 2013, su política ha sido la de aumentos constantes del salario mínimo. Entre 2013 y 2015 hubo cuatro ajustes salariales cada año para un total de 12.
En 2016 y 2017 los ajustes fueron seis en cada año. Sin embargo, a partir de noviembre de 2016 el monto del cesta ticket fue mayor al del salario; es decir, que se pagaba más por un beneficio que no representaba incidencias de prestaciones sociales, vacaciones ni otros beneficios laborales.
En 2018 antes del anclaje al petro, hubo tres incrementos salariales. A partir de la reconversión monetaria fue mayor el monto del salario al del bono alimentación y hubo dos ajustes para completar cinco en total.
Al año siguiente solo se dieron tres aumentos y en 2020 apenas han sido dos los ajustes. El primero en enero y el segundo en mayo. La inflación este año, según la Asamblea Nacional, es de 1.079% entre enero y agosto.
Erosión del salario
El Informe Coyuntura del Instituto de Investigaciones Económicas y Sociales de la Universidad Católica Andrés Bello (Iies-Ucab) advirtió de la erosión del poder adquisitivo de la población este mes de septiembre.
«Aun considerando el llamado ‘salario integral’, los niveles de ingreso y poder adquisitivo de quienes dependen de salarios y las transferencias del gobierno han seguido la tendencia secular a erosionarse hasta llegar a ser, por mucho, los más bajos de América Latina. De hecho, en comparación con su nivel real de 2013, el salario mínimo de 2020 solo llega a representar un 5% de este y, por lo demás, en un contexto de deterioro significativo de los servicios públicos con respecto a las condiciones prevalecientes en 2013».
El Iies Ucab dijo que el salario mínimo y el bono de alimentación dejaron de ser un marcador entre los empleadores y trabajadores del sector privado, donde se llegan a acuerdos de pagos en divisas o intercambio de bienes para mantener la relación laboral.
“En términos de remuneración, se observa que el salario mínimo y el bono de alimentación – marcadores oficiales de la remuneración salarial en el país– han venido perdiendo relevancia tanto para los trabajadores como para los empleadores a la hora de negociar los contratos laborales. Las últimas modificaciones de la remuneración integral (salario más bono) difícilmente supera US$7 al mes, a pesar de que entre mayo de 2013 y septiembre de 2019 ha sido ajustada al alza en 30 oportunidades. Es más, el rezago en el ajuste del salario mínimo se ha profundizado aún más en 2020”.
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