domingo, 27 de enero de 2019

La salida a la crisis

Venezuela tiene y debe encontrar una salida urgente a la crisis que hoy la azota. Fracasado el socialismo del siglo XXI, debe abrirse un nuevo camino para que tengamos un país que retome la libertad y la prosperidad. La clave para ello es el cambio político y una orientación clara en materia económica y financiera. El presidente interino Juan Guaidó ha señalado con nitidez que se trata de cesar la usurpación, alcanzar un gobierno de transición y tener elecciones libres.

Venezuela tiene que buscar rápidamente la ruta electoral para que el pueblo decida quién lo debe gobernar y de esta manera alcanzar la escurridiza estabilidad política. Es evidente que como fuerza minoritaria que es, sin capacidad de movilización y con un liderazgo deteriorado, el chavismo debe ser respetado y convivirá con la nueva mayoría que el país hoy tiene. Jamás se puede perseguir y acosar a quienes ayer fueron gobierno.

En lo concerniente a los asuntos económicos y financieros la senda es clara. En primer lugar, hay que derrotar la hiperinflación. Esa es la tarea principal. Para logarlo hemos propuesto que la brecha fiscal que la provoca debe cerrarse con dinero fresco, es decir con financiamiento externo y por tanto debe acabarse con la emisión de dinero de la nada que hace el BCV para financiar el déficit fiscal. Si no resolvemos este problema no hacemos nada y seguirá la hiperinflación con sus efectos destructivos sobre el salario y el ahorro.

Lo anterior implica renegociar la deuda externa hoy en situación de incumplimiento de pago. Abogamos por una reestructuración de la deuda transparente y rápida para que se abra el financiamiento a la economía. Para ello es fundamental la ayuda de los organismos multilaterales de crédito y préstamos y donaciones urgentes de los países aliados para la reconstrucción. Igualmente hay que fijar por un plazo razonable la tasa de cambio con respecto al dólar para así derrotar las expectativas de inflación y darle certidumbre a la economía.

En segundo lugar, hay que diseñar una nueva política petrolera que partiendo de la propiedad nacional de los hidrocarburos haga posible el aumento de la producción de petróleo hoy ubicada en sus mínimos históricos. Para ese propósito la inversión nacional y extranjera es vital y sin ella y sin una nueva gerencia al mando de PDVSA es imposible incrementar la producción. PDVSA tiene que dejar ser la sucursal y caja chica del PSUV para retomar sus funciones como empresa energética.

En tercer lugar, hay que aplicar una nueva política social basada en subsidios directos a los más necesitados. Por tanto, se sustituirá las cajas de comida asignadas de forma discrecional y con criterios partidista por una transferencia directa y en efectivo para que el pueblo compre lo que quiera y cuando quiera y no sea objeto de coacción política. Estas son las bases esenciales para sacar al país de la crisis.



Fuente: http://bit.ly/2WlSAcY

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