Desde el pasado 12 marzo, cuando se confirmaron los primeros casos de coronavirus Covid-19 en Venezuela, el precio promedio del dólar en el mercado paralelo ha subido 233,69%, básicamente impulsado por el rally de abril, cuando escaló 102,68% y la subida de julio cuando el incremento llegó a 27,40%.
Gracias al impulso de la gasolina iraní, que incrementó las operaciones en divisas de los concesionarios de estaciones de servicios y, por tanto, hubo más dólares en el mercado, junio fue el mes cuando el valor promedio de la divisa estadounidense subió menos, apenas 6,81%. Al acabarse el efecto del tanqueo colectivo con el carburante persa, el dólar recobró su camino alcista.
Desde el 12 de marzo, cuando el cierre de mercado se situó en un promedio de 80.045,90 bolívares por dólar hasta el pasado 31 de julio, cuando la divisa norteamericana alcanzó los 267.102,31 bolívares, la moneda nacional se ha devaluado 70,03%.
En julio, el mercado comenzó a perder dinamismo, luego que el volumen de transacciones en las mesas cambiarias de la banca habría pasado de 5 a 10 millones de dólares semanales en junio, de acuerdo con estimaciones de Aristimuño Herrera & Asociados. Una vez superado el efecto de la gasolina iraní, estos montos retrocedieron, lo que empujó al tipo de cambio.
El mercado cambiario es muy pequeño y, por tanto, muy sensible a la volatilidad que algunas operaciones pueden generar; no obstante, la pandemia ha introducido elementos importantes, como la menor demanda de divisas para reposición de inventarios, salvo en sectores concretos como alimentos, medicamentos y productos de higiene -los únicos que registran cierto crecimiento de ventas-, y, de otro lado, una oferta muy precaria, porque han descendido tanto las remesas, como la repatración de fondos.
El caso de las remesas es revelador: de acuerdo con diversas fuentes se espera un retroceso de 150%, lo que ubicaría el flujo al cierre del año en 1.200 millones de dólares, mientras que las importaciones se proyectan en 5.500 millones de dólares, como escenario optimista, lo que presenta una reducción de 38,8% en comparación con 2019.
– ¿Qué puede pasar con el dólar? –
El mecanismo regulador que utiliza el Banco Central de Venezuela (BCV) para controlar los brotes alcistas del mercado cambiario es la inyección directa de divisas a la banca, las cuales se descuentan de los saldos de encaje legal. De acuerdo con las estimaciones de Aristimuño Herrera & Asociados, el emisor inyectó entre 6 y 7 millones de dólares semanales a la banca en junio.
Las capacidades de mantener una política de intervención que modere por un lapso prolongado el incremento del tipo de cambio es muy limitada para el BCV. En buena medida, la pandemia ha permitido extender esa política en unas condiciones en las cuales los ingresos en divisas de la república son extremadamente bajos.
De acuerdo con diversos escenarios a la mano, el tipo de cambio paralelo puede terminar entre 1.500.000 y 1.800.000, lo que supondría una variación de 461,6% en los próximos cinco meses.
No es razonable pensar que el tipo de cambio se puede contener de manera sostenible en el tiempo, al igual que ocurre con la inflación. Sencillamente, la devaluación y la hiperinflación son fenómenos que el gobierno no puede detener ni superar, porque sencillamente no cuenta con los instrumentos que necesita; fundamentalmente fondos suficientes en divisas para soportar un ajuste macroeconómico aún más severo.
Lo que el gobierno está desarrollando es una estrategia de contención, basada en mantener el crédito bancario prácticamente cerrado, a través del encaje legal, y realizar una limitada expansión monetaria que, en condiciones normales, podría parecer una medida prudente, pero que, en medio de una pandemia que está, ya no paralizando, sino cerrando a buena parte de la economía, es una estrategia cuestionable.
– El mercado oficial –
El precio del dólar en las mesas cambiarias se ha mantenido en alza desde el 2 de junio de manera consecutiva y en el mes de julio subió 26,75%, lo que muestra que la correlación entre las variaciones en el mercado oficial y paralelo es absolutamente directa.
En junio el comportamiento fue diferente, ya que el precio promedio de la banca apenas aumentó 3,18%, luego de haber subido 12,22% en mayo y 118,09% en abril. Durante la incidencia de la pandemia de Covid-19 en Venezuela, el precio en el mercado oficial ha escalado más que en el paralelo, con una variación de 251,61%. En la banca, el bolívar se ha devaluado, en consecuencia, 71,56% en cuatro meses y medio de emergencia nacional.
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