Informe Especial | Lo que deja el 2020 para mirar con optimismo razonable el 2021

El saldo de 2020 será, sin duda, históricamente negativo. La pandemia de COVID-19 ha significado una tragedia para todo el mundo y, posiblemente, termine como la peor emergencia sanitaria enfrentada en siglos. En Venezuela ha significado una pesada losa para una nación con graves desequilibrios económicos y sociales.

No obstante, si tanto el gobierno como los actores sociales y económicos son capaces de entender que este período tan difícil puede servir para relanzar al país hacia un camino de crecimiento completamente diferente, quizás el saldo termine siendo menos negativo de lo que parece.

En la semana pasada, Aristimuño Herrera & Asociados presentó en un evento virtual sus proyecciones para 2021 y una de las más relevantes es que podríamos pasar de una contracción del Producto Interno Bruto (PIB) de -24,6% este año a una caída de -2% en 2021.

Evidentemente, anticipamos un año próximo de recesión que sería el octavo consecutivo con destrucción de PIB; sin embargo, la magnitud de la baja plantea una posibilidad clara de reinicio de una recuperación, en buena medida como resultado de la actividad económica privada que ha asumido un rol dinamizador, tras la extinción de la renta petrolera.

En buena medida, la proyección es una apuesta optimista, pero razonable. Si se concreta en la realidad será un éxito claro, porque se habrá quebrado el proceso de contracción severa, pero claro que no significará un cambio sustancial de la situación actual, porque la recuperación real necesitará mucho más tiempo, inversiones muy importantes y esfuerzo continuo, vista la destrucción acumulada de la economía.

Igualmente, esperamos que la inflación se desacelere en 2021, aunque no dejaremos de tener el mayor incremento de precios del planeta, pero igualmente se trata de la continuación de un fenómeno progresivo de contención que debe consolidarse con las decisiones correctas.

En una economía fuertemente dolarizada, igualmente percibimos la posibilidad de que la pérdida del poder adquisitivo de la divisa estadounidense se desacelere, como lo ha venido haciendo en lo que va de 2020.

En el Informe Privado de Aristimuño Herrera & Asociados de esta semana la nota editorial hace referencia a las proyecciones de la firma consultora para 2021, un año cuando las tendencias negativas de la economía se mantendrán, pero los indicadores revelan cierta tendencia a una contención de los desequilibrios. Claro… siempre que se tomen las decisiones correctas.

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