La competitividad se encuentra estacada en Latinoamérica, donde los países que pueden ser más atractivos para los negocios siguen sin aprovechar sus potencialidades y hay casos clamorosos de retroceso, como los de Venezuela y Brasil, según el informe anual del Centro Mundial de la Competitividad (CMC).
“Se habla de la “fracasomanía” de América Latina porque es difícil que exista el liderazgo político que transforme esta región. Esto es cierto de Argentina hasta México, incluyendo Venezuela y por supuesto a Brasil”, dijo hoy a Efe el director del CMC, Arturo Bris.
Matizó que “en América Latina es difícil generalizar”, ya que si bien los resultados en conjunto indican una disminución relativa de la competitividad, en cada caso es por razones diferentes”.
Como desde hace años, Chile es el primer país latinoamericano que figura en el ránking de ese centro de investigación, que abarca 63 países en función de 260 indicadores y los resultados de un amplio sondeo entre ejecutivos y personas de negocios.
Sin embargo, aparece recién en el puesto 35, uno por detrás de España, pero muy por delante de los otros seis países de la región considerados en el informe.
Entre los retos más inmediatos para que Chile mejore su competitividad están revitalizar su economía, desarrollar una administración pública más eficiente y promover la investigación y desarrollo mediante proyectos conjunto de universidades y compañías con el sector público.
El segundo país latinoamericano en el ránking del CMC es México, en la posición 48, sobre el cual Bris valoró una serie de “interesantes reformas institucionales, pero que se han visto perjudicadas por la situación política en Estados Unidos”.
El experto elogió “la eficiencia del sector privado en México”, lo que atribuyó “a buenas reformas de gobierno corporativo, a una mejor percepción hacia la clase empresarial mexicana y sobre el futuro de la economía”.
“México está en buen camino, pero el vecino del norte le supone un problema, así como la inestabilidad política (interna). También está la duda sobre en qué medida el país puede tolerar reformas de largo plazo, si no está atendiendo los problemas de corto plazo”, explicó.
Colombia y Perú aparecen en los puestos 54 y 55, estables con respecto al año pasado.
Al primer país, el CMS le recomienda incrementar su actividad agrícola en favor de un desarrollo competitivo y a la vez sostenible e inclusivo, así como implementar las reformas a los subsidios para que se garantice que los beneficiados son los más pobres.
De Perú se destaca la necesidad de que el crecimiento económico se apoye en fuentes diversificadas, sostenibles y que sea descentralizado.
Argentina se sitúa en el puesto 58 y el CMS le recomienda promover el crecimiento y el empleo, equilibrar la expansión de los mercados externos con las dinámicas del interno, y mantener la reducción prevista del déficit público real.
Brasil es el penúltimo de la lista de países latinoamericanos, en el puesto 61 del ránking mundial, y entre los desafíos más importantes están el recuperar la confianza internacional, acelerar la recuperación de la economía y modernizar y simplificar la regulación.
Ese país, dijo Bris, “ha perdido todas las oportunidades y es uno de los tres peores del mundo en competitividad a pesar de su disponibilidad de recursos naturales y del mercado interno”.
Anticipó que su recuperación “tomará muchísimos años”.
Venezuela cierra el ránking mundial (63) como “ejemplo de un modelo de competitividad que no funciona”.
“No puede haber competitividad sin iniciativa privada. La competitividad controlada por el Estado sin contar con el sector privado no tiene ningún futuro”, concluyó Bris.
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