El presidente estadounidense, Donald Trump, pasa sus vacaciones de fin de año en su club Mar-a-Lago, en Florida, un lugar tranquilo pero que no es sinónimo de silencio para el dirigente, que se manifiesta a diario.
El multimillonario llegó hace una semana, acompañado de su esposa, Melania. Y ha repetido prácticamente la misma rutina cada día.
Poco antes de las nueve de la mañana, la comitiva presidencial sale de Mar-a-Lago y toma el puente que conecta la isla de Palm Beach y el continente con destino al Trump International Golf Club, en West Palm Beach, a unos 10 minutos en auto. El convoy, por lo general, se detiene ante las luces rojas.
Los seguidores del presidente le esperan todos los días en el puente con pancartas de “Trump 2020”, “El mejor presidente” o “Hillary a prisión”. Más raro es ver a sus detractores manifestándose. Pero una mujer con camiseta rosa, en la que se podía leer la palabra “Resistir”, le esperaba una mañana frente al campo de golf.
En unas imágenes grabadas el martes por CNN a través de los árboles, se puede ver al presidente con su habitual atuendo para jugar golf: polo blanco, pantalón negro y su famosa gorra roja, convertida en emblema de su campaña. Conduce su propio carrito de golf.
¿Quiénes son sus compañeros? Unos amigos, su hijo Eric, un senador republicano y, lo más importante, muchos golfistas profesionales, incluido Jim Herman.
Más tarde, el presidente desayuna en el restaurante del club de golf, el Grill Room.
Ahí es donde, el jueves, concedió una entrevista improvisada al reportero del New York Times Michael Schmidt, sentado en una gran mesa redonda, mientras sus amigos y otros conocidos le saludaban. Una entrevista de media hora, particularmente sobre el caso de la presunta injerencia de Rusia en las últimas elecciones presidenciales, que alimentó las noticias el viernes por la mañana.
Alrededor de las dos de la tarde, el presidente regresa a Mar-a-Lago. Solo el día de Navidad no tenía programado jugar al golf, pues asistió a una misa y visitó una estación de bomberos local.
– Contra Amazon –
Las ráfagas de tuits generalmente llegan por la mañana, antes del golf, y después por la tarde, y por la noche: Donald Trump ha rechazado conceder cualquier tregua en Navidad.
Críticas a la policía federal (FBI), promoción de su balance económico, “masacre” yihadista de la organización Estado Islámico, Corea del Norte, ataque contra la revista Vanity Fair: Donald Trump tuitea y retuitea, más de 40 veces en una semana.
El viernes por la mañana encontró una nueva víctima: el servicio de correos estadounidense y, a través de este, el gigante del comercio electrónico Amazon.
“¿Por qué el Correo de Estados Unidos, que pierde miles de millones de dólares al año, le cobra tan poco a Amazon y a otros para entregar sus paquetes, enriquece a Amazon y hace que el correo sea más estúpido y más pobre? ¡Debería cobrar mucho más!”, tuiteó alrededor de las ocho de la mañana.
Esta es la octava vez este año que el líder ataca a Amazon, propiedad de Jeff Bezos, que compró el Washington Post en 2013. Trump a menudo llama al periódico “Amazon Washington Post”.
Las acciones de Amazon bajaron ligeramente el viernes por la mañana.
La actividad política en Estados Unidos recomienza la semana próxima, después de año nuevo. Donald Trump regresará a Washington con un programa urgente sobre presupuestos, inmigración, salud e infraestructura.
Todos los presidentes se toman unas vacaciones: Barack Obama pasaba las suyas en Hawái y George W. Bush en Texas. Pero antes de ser elegido, Trump había criticado particularmente a su predecesor por el tiempo que pasó en los campos de golf.
Fuente: http://ift.tt/2Eh2DqI
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