El Gobierno chino está preparando una serie de medidas para restringir y endurecer los controles sobre la inversión que sus empresas realizan en el extranjero en busca de frenar las salidas de capitales del país.
Estos planes, divulgados hoy por el diario hongkonés South China Morning Post y que las autoridades no han hecho públicos, implicarían un veto temporal hasta septiembre de 2017 de los grandes acuerdos de inversión y compra protagonizados por empresas chinas, así como un mayor escrutinio de sus operaciones en el extranjero.
Según uno de los documentos que manejan las autoridades adelantados por el rotativo, Pekín planea prohibir temporalmente a las firmas chinas las inversiones en el extranjero de más de 10.000 millones de dólares (9.428,9 millones de euros) y las fusiones y adquisiciones internacionales de más de 1.000 millones de dólares (942,8 millones de euros) fuera de su actividad principal.
Además, el Ejecutivo se plantea bloquear las compras de propiedades inmobiliarias en el extranjero superiores a 1.000 millones de dólares.
Cuatro administraciones chinas, entre ellas el Ministerio de Comercio y el banco central, abogaron por “prevenir los riesgos” que implican las inversiones empresariales en el extranjero en una notificación conjunta divulgada por la agencia oficial Xinhua.
Junto al ministerio y al Banco Popular de China (central), la Administración Estatal de Divisas y la Comisión Nacional de Reforma y Desarrollo (el órgano de planificación económica) firmaban esa breve nota.
Las cuatro administraciones chinas también reiteraron su apoyo a que las empresas chinas continúen con su estrategia de incrementar su presencia fuera del país y su disposición a una “nueva ronda de apertura a alto nivel” en la inversión.
Estas informaciones se dan a conocer en un momento en el que el tipo de cambio de la moneda china, el yuan, con respecto al dólar estadounidense se encuentra en sus niveles mínimos desde 2008, lo que ha encarecido considerable el precio de las operaciones internacionales de las compañías del gigante asiático.
Las salidas de capitales del país han sido una preocupación recurrente para las autoridades chinas a lo largo de todo el año y, aunque su ritmo parece haber aminorado en los últimos meses, el banco central chino ha perdido una parte de su reserva de divisas tratando de apuntalar el valor del yuan.
Fuentes empresariales dijeron hoy a Efe que las nuevas normativas también podrían prohibir tener más de una tarjeta bancaria con un mismo banco, ya que hasta ahora se permitía tener hasta cuatro, cada una de ellas autorizada a extraer hasta 100.000 yuanes (14.500 dólares, 13.700 euros) desde cajeros en el extranjero por año.
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