El primer ministro griego, Alexis Tsipras, aseguró hoy que Grecia vuelve a ser un destino atractivo para inversores, y prometió que su Gobierno tiene la intención de crear un ambiente favorable para los empresarios y a la vez mejorar la protección de los trabajadores.
“Algunos quieren convencernos de que debemos vivir en la Edad Media laboral. Debemos crear un ambiente favorable al empresariado sano y no al dependiente de las ayudas estatales, y crear las condiciones para reducir la imposición de las empresas y sobre todo garantizar las relaciones laborales”, dijo Tsipras.
El primer ministro hizo estas declaraciones tras visitar la fabrica de tabaco “Papastratos” cerca de Atenas, una tradicional empresa griega, en manos desde hace décadas de la estadounidense Philip Morris.
El líder de Syriza agradeció a la compañía la “confianza” depositada en la economía griega tras invertir recientemente alrededor de 300 millones de euros en una nueva unidad que se espera genere en total 400 puestos de trabajo.
Tsipras afirmó que en el primer semestre de 2017 hubo en Grecia inversiones extranjeras directas por un valor superior a los 1.000 millones de euros.
El primer ministro destacó además que en los meses de junio y julio, tras el cierre de la segunda evaluación del programa de reformas asociado al rescate, el ritmo de inversiones se triplicó.
“El desempleo se reduce y es posible que en 2018 caiga por debajo del 20 %… debemos luchar para que los nuevos puestos de trabajo sean empleos dignos”, aseveró Tsipras en referencia al borrador de ley que tiene previsto remitir hoy al Parlamento el ministerio de Trabajo para luchar contra el trabajo no remunerado y la economía sumergida.
Desde noviembre de 2013, cuando el desempleo alcanzó una tasa récord del 28 %, el paro se ha ido reduciendo paulatinamente y en mayo se había situado en el 21,7 %.
Sin embargo, más de la mitad de los nuevos puestos de trabajo son a tiempo parcial, mientras se multiplican las denuncias contra empresas que obligan a sus empleados a trabajar más horas de las previstas en sus contratos, sin remunerarlas y sin cotizar por ellas.
El trabajo no declarado o parcialmente declarado es una plaga para la seguridad social que pierde cada año miles de millones de euros en cotizaciones.
La reforma que se introduce ahora en el Parlamento y que, según Tsipras, se votará en breve, es la primera ley laboral que no forma parte del menú de medidas exigidas por los acreedores del país.
El borrador prevé que los inspectores de Trabajo deberán registrar cada violación de la legislación laboral en una plataforma electrónica que impondrá automáticamente las multas correspondientes, para así evitar casos de corrupción.
Además, facilita el acceso de autónomos en situación de paro a las ayudas sociales para los desempleados, y soluciona una serie de problemas surgidos en la aplicación de la reforma de pensiones aprobada en mayo de 2016.
El borrador no incluye, sin embargo, ninguna disposición para restringir el derecho a la huelga, una exigencia constante de los acreedores del país desde 2010, que será una de las cuestiones más espinosas de la tercera evaluación del programa de rescate, que arrancará en otoño.
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