1) Candidatura oficialista: Entre lo pragmático e ideológico:
La percepción de un deterioro mayor de la economía por el gobierno pareciera haber incidido en la realización de la elección presidencial inicialmente con casi 8 meses de anticipación –hasta el 30 de abril del 2018 – del inicio del nuevo periodo ejecutivo que comenzaría el 10 de enero del 2019, para posteriormente modificarla al 20 de mayo.
La economía como dinámica social con reglas propias de funcionamiento requiere que se asuman medidas inmediatas para evitar el continuo deterioro. El gobierno ha evadido el tema a través de subvenciones particularmente por los “bonos protectores” en la práctica ha aumentado la demanda frente a una oferta de bienes reducidos o escasos sea por falta de producción interna o carencia de divisas suficientes para importarlos acentuando la hiperinflación aunado a la devaluación progresiva del bolívar frente al dólar norteamericano entre otras causas por baja de producción y precios del petróleo.
Una solución inmediatista si pudiese calificarse así; es la entrada del nuevo cono o familia de monedas denominado “bolívar soberano” para el 04 de junio – después del evento electoral – ha levantado críticas al no haberse acompañado de medidas de carácter estructural de alto impacto social – de shock- para corregir las distorsiones económicas. Otros la califican como una decisión demagógica para esconder la hiperinflación que tiende a agravarse.
El perfil ideológico del proyecto revolucionario bolivariano desde 1998, en el discurso ha sido la implementación de un proyecto socialista calificado del siglo XXI interpretado como un “marxismo tardío” o rescate del “socialismo real soviético” cuyas limitaciones se han manifestado en el gobierno de Nicolás Maduro más aun cuando el motor económico que es el precio y producción petrolera significativamente se ve reducida con respecto a años anteriores.
La consolidación de proyecto socialista no termina de gestarse y nacer pero tampoco la economía de mercado capitalista termina de morir. De hecho de manera pragmática ha requerido del financiamiento internacional de los centros capitalistas e inversiones.
Los procesos electorales independientemente de calificarse por “·competitivo” o no; han sido base de consolidación de proyecto político oficialista inclusive se muestra como primera fuerza política- electoral a pesar de la crisis económica debido que los partidos opositores no han podido capitalizar el descontento a su favor en principio.
En mira de la próxima elección presidencial venezolana cualquiera que sea negociada su fecha; ante el hecho notorio del deterioro paulatino de la economía resulta lógico que el presidente Maduro se verá obligado a recurrir medidas “correctivas” o “ajuste” de mercado sobre todo prejuicio ideológico, bajo la dificultad si deben realizarse a través del “shock” o “gradualismo” aunque algunos críticos interpretan que se están aplicando actualmente de forma soterrada.
La hipótesis de un triunfo oficialista en la elección presidencial le daría mayor poder político y debería usarse para propiciar “medidas de shock”, para reducir drásticamente el déficit fiscal y dejar flotar libremente el tipo de cambio. Lo contrario en
base a la notoria tendencia oficialista de mantenerse en el poder se aplicarían “medidas graduales” si bien no buscarían la liberalización total de la economía permitirían al Estado deslastrarse de ciertos “pesos burocráticos” que traería alivio a la exagerada carga fiscal.
Vale acotar por motivos políticos bajo el argumento sobre la tendencia autoritaria del gobierno se han reducido las posibilidad de obtención de financiamiento externo o “dinero fresco” necesario para instrumentar un “plan de ajustes”.
La “política de subvenciones” han logrado en parte el “apaciguamiento” de la población con respecto a los emprendimientos y actividades económicas productivas que constituyen motores de la economía de mercado lo cual desde la visión estatista y burocrática del gobierno de Maduro le resulta favorable electoralmente.
2) Candidatura de la oposición: Fuera de la Unidad.
Si bien las negociaciones realizadas en Santo Domingo formalmente han terminado no ha sido excusa conforme a notas prensa para que representantes del gobierno – particularmente el ministro Jorge Rodríguez – y de los cuatro partidos opositores – Primero Justicia, Voluntad Popular, UNT y Acción Democrática – continúen reuniéndose en Caracas buscando una fórmula para participar aunada la presión sobre el gobierno de la comunidad internacional – Grupo de Lima, OEA y Unión Europea- de lograr un proceso electoral “competitivo” y reconocimiento de resultados acotando que hasta el momento la candidatura oficialista resulta la primera opción de triunfo le permitiría “legitimidad internacional”.
El 25, de enero del 2018, el partido Avanzada Progresista (AP) anuncia la candidatura de Henri Falcón a las elecciones presidenciales a celebrarse antes del 30 de abril del 2018.
El 1º del marzo del 2018, el oficialismo y organizaciones políticas que inscribieron candidatos ante el CNE, entre estos AP y MAS firmando un acuerdo donde establece que las elecciones presidenciales, de consejos legislativos y concejos municipales se realizarán en mayo. Destaca la presidente del Consejo Nacional Electoral Tibisay Lucena se comprometió a cumplir con los acuerdos de Santo Domingo y así lo hizo cuando se anunció las elecciones y se convocaron el 7 de febrero insistiendo que ese documento de acuerdo se incluiría en las garantías y en el cronograma electoral.
Falcón, respondió a Ramón Guillermo Aveledo – ex- secretario ejecutivo de la Mesa de Unidad Democrática (MUD) desestimar la propuesta sobre la escogencia del candidato unitario por consenso de partidos opositores insistiendo que la “cesta de encuestas” es el método “más idóneo” para dirimirlo; aseverando que los tiempos no dan para otra opción. Henry Ramos Allup, secretario general de Acción Democrática aseguró que la MUD está en condiciones de realizar elecciones primarias de cara a las “presidenciales”.
En la sede de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) se reunió la delegación venezolana formada por la presidenta de la Asamblea Nacional Constituyente Delcy Rodríguez; el ministro de Comunicación, Jorge Rodríguez, y el candidato opositor Henri Falcón con el responsable de Asuntos Políticos Jeffrey Feltman. Falcón anunció viajar a Nueva York para buscar reunirse con el Secretario General Antonio Guterres y discutir sobre la posible misión electoral de la organización para los comicios del 20 de mayo.
Aveledo, ha asegurado es “un error” que Falcón participe en las elecciones presidenciales manifestando: “No creo que sea un agente del Gobierno pero él corre el riesgo de convalidar en los hechos de una elección que es un simulacro porque no reúne las condiciones elementales para ser reconocida, tanto en el país como afuera”.
Falcón emplazó al Gobierno aclarar si recibió respuesta por el Secretario General de la ONU sobre la solicitud de la misión de evaluación de condiciones electorales; mostró preocupación ante la noticia que se envió una carta al gobierno en relación al requerimiento. “Esta comisión es de suma importancia, pues constituye el paso previo a la aprobación de una misión de observación electoral para los comicios presidenciales del próximo 20 de mayo”.
La inscripción de la candidatura presidencial de Henri Falcón ante el Consejo Nacional Electoral fuera de los criterios sostenido por la Mesa de Unidad Democrática (MUD) jugando lo que políticamente se ha calificado por “posición adelantada” ha traído polémica entre sectores opositores sosteniendo el carácter “ambiguo” incluso “oficialista” de esta. Se considera que puede debilitar quizás el principal “activo político” de la MUD: el haber logrado con éxito el apoyo de la mayoría de países americanos y europeos en virtud de hechos y argumentos sobre el “carácter dictatorial” del gobierno de Nicolás Maduro.
El fracaso de las negociaciones que se desarrollaron en República Dominica al no aceptar las condiciones y garantías electorales exigidas por la representación opositora; la candidatura de Falcón prácticamente convalida la propuesta oficialista bajo la tesis que resulta suficiente para efectuar el proceso electoral presidencial como lo sostuvo el ministro negociador Jorge Rodríguez. Con intención o sin ella, de hecho ha causado ruptura en la oposición cual logro un consenso en materia electoral los partidos opositores mayoritarios en relación a la participación en las elecciones presidenciales.
El principal argumento para impulsar la candidatura presidencial en base a mediciones de algunas encuestadoras que el oficialismo perdería las elecciones cualquiera sea la coyuntura que se desarrollen y el señalamiento que la MUD promueve el “abstencionismo” favoreciendo la candidatura del presidente Nicolás Maduro. Se asegura si la oposición sale a votar masivamente por Falcón la brecha a su favor con respecto a Maduro se consolida y no habría fraude que pueda con eso. Aspecto que no resulta cierto totalmente pues los negociadores opositores con apoyo de los algunos cancilleres latinoamericanos han reclamado se establezca “condiciones y garantías” con el objeto que el proceso electoral se considere transparente y creíble para ambas partes, esto resulta muy distinto y lejano de fomentar la abstención.
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