Sin el recurso humano necesario no es posible adelantar los cambios que la que Venezuela de hoy exige a las organizaciones. La diáspora se ha llevado a mucho del personal capacitado, pero no se están formando generaciones de relevo, por lo que es mejor retener a los empleados que salir a buscarlos en un mercado que se ha tornado complejo.
Cuando menos lo piensa, una pieza clave en la empresa anuncia que se va del país. Pero a veces no es una persona, son varias en distintas áreas y con funciones totalmente diferentes que pueden poner en peligro la operatividad de la empresa.
La búsqueda de talento se ha complicado conforme se profundiza la crisis económica y social de Venezuela. Quedan menos personas para escoger y los buenos están ubicados, entonces hay que salir a “robarse” al de la competencia. Y esto tiene un precio.
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