La primera ministra británica, Theresa May, pedirá este miércoles el aval de los diputados a su nueva estrategia sobre el Brexit que podría desembocar en un aplazamiento de la fecha de divorcio, si estos rechazan de nuevo su acuerdo de salida de la Unión Europea (UE).
Cuando faltan 30 días para el Brexit, el plan de Theresa May, que intenta desde hace semanas obtener las “garantías” necesarias de la UE para despejar los temores de Westminster sobre el acuerdo, se articula en tres etapas y varias opciones.
El 12 de marzo a más tardar, la ‘premier’ debe presentar de nuevo al Parlamento británico el acuerdo de divorcio con las eventuales garantías que habría obtenido de sus 27 socios europeos. Si lo rechazan, el 13 de marzo les preguntaría si quieren un Brexit sin acuerdo.
Si los diputados británicos rechazan abandonar la UE de manera abrupta, deberán pronunciarse un día después sobre una propuesta de prórroga “limitada” de la fecha de salida, idea a la que la primera ministra conservadora siempre se ha opuesto.
Ante las amenazas de dimisiones dentro de su propio gabinete por la posibilidad de una salida sin acuerdo, Theresa May dio su brazo a torcer sobre una prórroga limitada, que los europeos verían con buenos ojos siempre y cuando tenga un objetivo definido.
El aplazamiento debe tener “una perspectiva cierta de resolución. Prolongar la incertidumbre postergando plazos no es una alternativa razonable ni tampoco deseable”, advirtió este miércoles el presidente del gobierno español, Pedro Sánchez.
– Segundo referéndum –
En Westminster, los diputados, a quienes la ‘premier’ exhortó el miércoles en The Daily Mail a “hacer sus deberes para que el país pueda avanzar”, también juegan su propia partida a base de enmiendas a los planes de su primera ministra.
Entre las enmiendas sometidas al Parlamento, un total de cinco, figura la de los diputados conservador Oliver Letwin y laborista Yvette Cooper, que pretende anclar la propuesta de May de un eventual aplazamiento.
Jeremy Corbyn, líder del Partido Laborista, principal partido de la oposición, anunció por su parte la presentación de una enmienda que pide mantener al país dentro de una unión aduanera con la UE tras el Brexit.
Si esta enmienda no es adoptada, Corbyn presentará más tarde otra que reclama un segundo referéndum sobre el Brexit, después del 23 de junio de 2016 en el que el sí a la salida de la UE obtuvo un 52% de sufragios.
El líder laborista se había abstenido hasta ahora de proponer un referéndum sobre el mismo tema, consciente de que la idea divide también a su partido, donde en las circunscripciones de varios diputados se votó por el Brexit.
Pero nueve diputados abandonaron su partido la semana pasada, a causa especialmente de su rechazo a apoyar la organización de un segundo referéndum. Algunos forman parte de un grupo independiente, junto a varios conservadores.
La moción del gobierno y las enmiendas que sean seleccionadas por el presidente de la Cámara de los Comunes, John Bercow, serán sometidas a votación a partir de las 19:00 GMT.
– “Escasez” –
El nuevo plan de Theresa May obtuvo el apoyo de los miembros del Partido Conservador, asustados por la hipótesis de una salida sin acuerdo, especialmente temida por el sector económico.
En un anuncio publicado el martes, el gobierno recordó que, sin acuerdo, el crecimiento de la economía británica sería de 6,3% a 9% inferior a su nivel de desarrollo durante 15 años en caso de mantenimiento en la UE.
Igualmente advirtió de las consecuencias de posibles perturbaciones del tráfico en el Canal de la Mancha, especialmente el riesgo de “escasez” de algunos productos alimentarios como las frutas y las verduras frescas.
“Satisfecho de que la primera ministra haya efectivamente descartado un Brexit sin acuerdo, dando así a los diputados la posibilidad de contar con más tiempo para encontrar un compromiso”, tuiteó Richard Harrington, el secretario de Estado encargado de Industria, que había amenazado con dimitir.
El ministro encargado del Brexit, Stephen Barclay, señaló en cambio en la BBC que el escenario de un Brexit sin acuerdo “sigue sobre la mesa. El parlamento deberá decidir”.
La posibilidad de una prórroga provocó el enfado de los conservadores partidarios de una clara ruptura con la UE.
El diputado Jacob Rees-Mogg vio en esto un “complot” para detener el Brexit. “Si no hay mayoría para el acuerdo de la primera ministra […], estaremos en la misma situación” tras un aplazamiento, señaló el miércoles en la BBC.
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