lunes, 5 de octubre de 2020

Sunacrip exige licencia para minar Bitcoin: ¿un mecanismo para abrir espacio al Petro?

«Descarga Petro Whitepaper para conocer la base tecnológica, concepto y la mirada al futuro del Petro como instrumento de intercambio y ahorro«, este enunciado, ubicado en la página oficial del Petro, representó, para unos, la curiosidad de ver más allá de lo que ofrecía el proyecto estatal durante sus inicios; mientras que, para otros, dejó el deseo de invertir apresuradamente en el Petro como vía de escape ante la hiperinflación, por considerarlo «estable».

Desde su implementación en la economía nacional, quizá varios tomaron la decisión de acudir al ente encargado de gestionar el sistema de criptoactivos en Venezuela para depositar «su confianza» en el proyecto, con la esperanza de ver algún resultado positivo a largo plazo o resguardar sus ahorros.

Juan Ernesto* fue uno de ellos y logró invertir en el Petro a la tasa que arroja diariamente la Sunacrip, que aún cotiza cercano a US$59. Sin embargo, al tiempo, los resultados hablaron por sí solos. Este venezolano se siente ahora víctima de estafa al ver que su inversión estuvo todo este tiempo basada en el mercado secundario, donde operan las casas de intercambio autorizadas por la Sunacrip, a un precio menor a US$13.

Cuando Juan Ernesto se vio acorralado, explica a Banca y Negocios, decidió retirar sus fondos, pero ya era tarde. El mercado se había desplomado más del 75%.

Este ciudadano se convierte así en otra víctima de la confusión y la desinformación, que aún se evidencia en el proyecto centralizado, y lo considera injusto y «un acto cruel para la economía venezolana».

Luego de su lanzamiento, en diciembre de 2017, el petro se ha convertido en un proyecto de criptomoneda que el poder ejecutivo venezolano intenta masificar entre los venezolanos, forzando su adopción incluso a escala internacional. Varias decisiones tomadas y muchos de los decretos dictados en los últimos meses apuntan a ese objetivo, mientras se sigue guardando distancia en relación con la moneda oficial, el bolívar.

La utilidad del Petro, emitida por la administración de Nicolás Maduro, ha sido básicamente como instrumento de pago para entidades gubernamentales.

En teoría, el gobierno declaró en 2019 como obligatorio el uso de la moneda en varios sectores estratégicos de la economía del país, empezando por la venta de 4.5 millones de barriles de petróleo en los mercados internacionales, algo que hasta la fecha no se ha concretado.

Asimismo, la venta de 1 millón de toneladas de hierro que administra la  Corporación Venezolana de Guayana fue autorizada vía decreto en el discurso de Memoria y Cuenta del año 2019 por parte del mandatario venezolano.

Ahora, con la Corporación Socialista de Cemento (CSC) aceptando el Petro como método de pago, son tres materias primas estratégicas las que busca impulsar la administración pública de Venezuela.

Sin embargo, el proyecto Petro aún sigue siendo muy ambiguo, y solo una parte de la población con acceso a Internet y teléfonos inteligentes son los que pueden acceder a la tecnología del Petro como medio de pago o forma de ahorro, algo que ya ha estado dispuesto desde el 2018 en la plataforma gubernamental Patria, un mercado que logró consolidarse en la mente de los venezolanos.

Mientras el valor del Petro continúa en su lucha por estabilizar su precio ante el mercado oficial, entusiastas del proyecto le ayudan a recuperar la confianza que antes depositaba en la comunidad venezolana por tratarse de un proyecto novedoso. Para Humberto Quevedo, consultor de la casa de intercambio nacional CriptoEx, considera que el mismo Estado ha frenado la usabilidad del Petro porque simplemente no lo termina de incorporar en su sistema financiero.

Aunque la intención del Petro sea la de liberar la economía del yugo del «dólar criminal» y deslizar el bolívar «porque se ha convertido en un problema», el objetivo final, a juicio de Quevedo, es manejar un volumen importante de la economía venezolana a corto plazo.

Además, el asesor, en entrevista con Banca y Negocios, considera que los tipos de mercados donde figura el Petro deben converger para que el Estado tenga la posibilidad de realizar nuevas emisiones. Cabe recordar que el gobierno nacional ordenó la emisión de 100 millones de Petros en 2018 e informó sobre la presentación del Libro Blanco publicado en línea, que específica claramente que el Petro será usado como medio de intercambio para adquirir bienes o servicios, dinero fiduciario y otros criptoactivos.

En ese sentido, los poseedores de la moneda digital han podido hacer uso de sus Petros para pagar trámites gubernamentales como renovación de pasaportes, aranceles en Registros y Notarías, pago de tributos en Aeropuertos, así como trámites empresariales en institutos relacionados con los espacios acuáticos y canalizaciones, entre otros.

En medio de una dramática escasez de gasolina, el gobierno de Maduro, además, ha dispuesto del uso del Petro para el pago de gasolina en las estaciones de servicios afiliadas al sistema Patria, permitiendo a una parte de la población acceder, cuando hay disponibilidad, al combustible para el parque automotor a precio preferencial en los puntos dispuestos para ello.

Quevedo justificó los avances de esta última alternativa para usar Petros en Venezuela, sin embargo, considera que aún este proyecto no termina de consolidarse, tal como ocurre en las casas de intercambio venezolanas que, según Quevedo, cuentan con toda la infraestructura para operar eficientemente.

– Bitcoin no pide permiso –

La discusión ahora se centra en el “Pool de Minería Digital Nacional”, una de las últimas decisiones de la administración de Nicolás Maduro para regular la actividad de la minería a nivel nacional.

A través de la providencia publicada en la Gaceta Oficial No. 41.969, se señala que, quien desee involucrarse en el área de minería de Bitcoin en Venezuela, bien sea en el uso, la comercialización, la importación y la creación de equipos mineros, deberá solicitar una licencia a la Sunacrip.

Sin embargo, es importante destacar que para la comunidad minera no es necesaria una licencia, ni menos debe ser una obligación, debido a que el proyecto que promulgó Satoshi Nakamoto no requiere de la aprobación de ningún Estado para ser utilizado, ya que solo es gobernado por las reglas de consenso.

En principio, solicitan que el Estado fomente primero la confianza en la actividad minera para que entonces estos puedan seguir trabajando con ellos.

«La minería en Venezuela ya estaba legalizada. Lo que hizo fue reglamentarse», expresó un trader y minero, quien además manifestó que la propuesta del Pool Nacional que plantea la Providencia en cuestión es “totalmente restrictiva”.

No obstante, más allá de las discusiones, uno de los aspectos que llama la atención sobre este asunto es que los esfuerzos que hace el gobierno venezolano por impulsar el uso del Petro estarían generando un mayor interés en las personas por conocer sobre Bitcoin, la primera y principal criptomoneda del mercado, lo que podría interpretarse como positivo ya que fomentaría la educación sobre esta nueva forma del dinero entre los ciudadanos.

[*Nombre ficticio utilizado a petición del entrevistado que pidió no ser identificada como medida para su seguridad]

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