En 2015 las exploradoras de petróleo descubrieron solo una décima parte del crudo que han encontrado de media anualmente desde 1960. Este año probablemente encuentren incluso menos, alimentando nuevos temores sobre su capacidad para hacer frente a la demanda en el futuro.
Con la caída de los precios del petróleo en más de la mitad desde su colapso hace dos años, las perforadoras han recortado a mínimos los presupuestos para proyectos de exploración. El resultado: en 2015 sólo se descubrieron 2,700 millones de barriles de suministro nuevo, el volumen más bajo desde 1947, según cifras de la consultora de Edimburgo Wood Mackenzie. Este año las perforadoras habían encontrado solamente 736 millones de barriles de crudo convencional nuevo a finales del mes pasado.
Esto es causa de preocupación por los pronósticos de la Administración Estadounidense de Información sobre Energía de un aumento de la demanda mundial de petróleo desde los 94.8 millones de barriles al día este año a 105.3 millones de barriles en 2026. Aunque el auge del shale en Estados Unidos podría cubrir la diferencia, los precios por debajo del 50 dólares el barril han frenado el crecimiento significativo del sector.
Asimismo, los descubrimientos de proyectos de perforación tradicional se encuentran en niveles mínimos, dijo Nils-Henrik Bjurstroem, gerente sénior de proyectos de la consultora Rystad Energy AS, con sede en Oslo. “Sin duda habrá un fuerte impacto en la oferta de petróleo y gas, especialmente de petróleo”.
La crisis actual se notará a partir de 2025
La producción a toda marcha de Rusia y de la OPEP ha hecho crecer las existencias mundiales, inundando el mundo de petróleo pese a la caída de los precios a fin de proteger su cuota de mercado. Sin embargo, la carencia de inversiones durante años podrá empezar a notarse a partir de 2025, dijo Bjurstroem. Los productores reemplazarán poco más que uno de cada 20 barriles consumidos este año, señaló.
El gasto mundial en proyectos de exploración, desde estudios sísmicos a actividades de perforación, ha disminuido desde los 100,000 millones de dólares en 2014 a 40,000 millones de dólares este año, dijo Andrew Latham, vicepresidente de exploración mundial de Wood Mackenzie. Es probable que el gasto se mantenga en el mismo nivel hasta finales de 2018, señaló.
Las inversiones en exploración son más fáciles de recortar que las de desarrollo porque los contratos con los proveedores son de menor duración. Este año la exploración representará cerca del 13% del gasto total de la industria frente a un 18% en el pasado, dijo Latham.
El resultado es una disminución de las actividades de perforación, pese a la caída del coste de las operaciones. Este año se han perforado 209 pozos hasta finales de agosto, frente a los 680 de 2015 y los 1,167 de 2014, según Wood Mackenzie. Esto se compara con una media anual de 1,500 pozos en datos que se remontan a 1960.
Dentro de diez años, cuando los bajos datos de exploración que se ven ahora comiencen a afectar la producción, “tendrán un potencial significativo para hacer subir los precios del petróleo”, dijo Bjurstroem.
En general, la proporción de petróleo nuevo que contrarresta la cifra de crudo extraído ha caído desde el 30% en 2013 a una ratio de reemplazo de reservas de tan sólo el 6% este año en lo que hace a recursos convencionales, los cuales excluyen petróleo y gas shale, anticipó Bjurstroem. Exxon Mobil informó en febrero que, por primera vez en 22 años, no consiguió reemplazar al menos un 100% de su producción con recursos procedentes de nuevos hallazgos o adquisiciones.
“Esto asusta porque, de verdad, no hay actividades de exploración hoy en día”, dijo por teléfono Per Wullf, máximo responsable de la compañía de explotación marítima Seadrill.
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