China permitirá a las empresas extranjeras cotizar en sus mercados bursátiles domésticos y emitir bonos, anunció un alto funcionario del organismo de planificación económica citado hoy por el diario oficial China Daily.
Las autoridades del gigante asiático buscan ampliar los canales de financiación para las compañías foráneas que operan en el país y atraer a nuevas empresas para que inviertan, tras sufrir una notable ralentización de la inversión extranjera directa a lo largo de 2016.
Ning Jizhe, viceministro de la Comisión Nacional de Reforma y Desarrollo -órgano de planificación económica-, avanzó que Pekín apoyará a las firmas extranjeras que quieran realizar ofertas públicas de valores (OPV) en sus bolsas.
“El acceso de las inversiones extranjeras a la industria de los servicios financieros, incluyendo la banca, los valores, los seguros y el comercio de futuros, va a relajarse más”, dijo Ning.
Las empresas foráneas, añadió el funcionario, podrán emitir bonos y recurrir a los instrumentos de financiación de entidades no financieras chinas.
También se facilitará la entrada de capital extranjero en otras áreas del sector terciario como la contabilidad, el diseño arquitectónico y los servicios de calificación crediticia, aseguró el viceministro.
En las telecomunicaciones, internet y la educación se procederá a una apertura más gradual, apuntó Ning, por tratarse de “industrias sensibles”.
El Consejo de Estado (Ejecutivo) ha aprobado esta semana varios documentos para atraer más inversiones extranjeras y, según el viceministro, los inversores extranjeros estarán sujetos a los mismos procedimientos de revisión que los locales cuando soliciten el establecimiento de una empresa en China.
La llegada de inversión extranjera a China se desaceleró en 2016 y, a lo largo de los once primeros meses del año, ascendió a 731.800 millones de yuanes (105.600 millones de dólares, 100.660 millones de euros), con un incremento interanual del 3,9 %.
Este ritmo de crecimiento es sensiblemente inferior al del 6,4 % registrado en 2015 y contrasta también con el fuerte aumento de la inversión de las empresas chinas en el exterior, que se disparó un 55,3 % entre enero y noviembre para situarse en 161.700 millones de dólares (154.010 millones de euros).
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