Venezuela ha experimentado tasas inflacionarias de dos dígitos desde hace aproximadamente veinte años, y de tres dígitos en los últimos años. Esta característica de nuestra economía, que tiende a convertirse en estructural, ha incidido importantemente en el valor real de nuestra moneda. Esto ya es conocido por todos los venezolanos.
Entre las consecuencias de un prolongado periodo de inflación se encuentra la incómoda utilización de cifras nominales cada vez mayores. Una forma utilizada en otras economías en el pasado, y más recientemente en nuestra economía, es el cambio del valor aparente del signo monetario, por otro valor de menos dígitos o ceros, llamado reconversión monetaria.
Ahora bien, para que dicho cambio surtiera un efecto positivo debió de estar acompañado de una serie de medidas macroeconómicas que permitieran estabilizar el nuevo valor de la moneda y evitar el mismo crecimiento de la tasa inflacionaria.
En el caso especifico de nuestro país, es menester la diversificación de las exportaciones para hacer nuestra economía menos petrodependiente; por el otro lado la reducción del saldo de la deuda externa es un elemento de suma importancia para evitar efectos de contagio cuando cambian las condiciones en el mercado financiero internacional. Transitando, por supuesto, por una liberación cambiara y de tasas de interés.
Otro elemento clave dentro de estas reformas es el equilibrio fiscal, ya que con ello se asegura la estabilidad en el mercado interno. Si un cambio en el valor nominal del signo monetario no esta acompañado de las reformas económicas mencionadas, entre otras, es muy probable que la inflación persista con la misma fuerza y volvamos a una situación similar a la que originó el cambio de Cono Monetario. Desde otro punto de vista, existe un efecto psicológico en la población, y una ventaja operativa en las transacciones comerciales y bancarias por la utilización de menores cantidades de billetes.
Ya tenemos como ejemplo los billetes de cien bolívares, nacidos de la última reconversión efectuada en el País y ya vimos el efecto de la inflación sobre la cantidad de billetes que se tienen que utilizar para hacer una simple compra similar a la hecha en 2008 cuando nació este billete.
Es por ello que un cambio en el Cono de moneda sin las correcciones macroeconómicas necesarias es simplemente un maquillaje o un cambio solo aparente.
Debe aclararse si se trata de una medida aislada o es parte de un plan de reformas macroeconómicas integral. Si se trata de lo primero, lo más probable es que se repita lo sucedido a partir de 1983, con los cambios del cono monetario en forma sucesiva que llevaron a la aparición de un billete de cincuenta mil bolívares, para luego tener que eliminar ceros
Al final, es más de lo mismo.
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