La energía solar continúa ganando terreno en muchos países y ahora lo hace también en precio. Desde 2009, los precios de este tipo de energía han caído un 62% y, según Bloomberg New Energy Finance, de cara a 2025 será más barata que el carbón a escala global. De hecho, en algunas partes del mundo ya es así.
Emiratos Árabes es uno de los ejemplos de esta situación. Una subasta de energía solar celebrada en septiembre de 2016 se saldó con una oferta de 2,42 centavos de dólar por kilowatio por hora (kWh), una cifra que supone la mitad que la celebrada un año antes, de seis centavos. Chile es otro de los países que muestra este cambio de tendencia. Una subasta de agosto de 2016 se resolvió con una oferta de 2,91 centavos por kWh. La expansión de la industria solar chilena se expandió tan rápido que se vio obligada a regalar la electricidad.
En la actualidad, Arabia Saudí, Jordania y México están planeando subastas para este año con el objetivo de bajar los precios aún más. Estos concursos se han convertido en una pelea encarnizada entre las compañías privadas del sector.
En cualquier caso, la velocidad a la que el precio de la energía solar caerá por debajo de otras como el carbón variará según el país. Es decir, lugares que importan el carbón o que tienen impuestos a las emisiones de carbono, como Europa o Brasil, verán este cambio de tendencia en 2020, si no antes. Por el contrario, países con grandes reservas de carbón, como India, probablemente necesitarán más tiempo.
China, con el mayor mercado solar del mundo, verá los precios caer por debajo del carbón de cara a 2030, según New Energy Finance. El gigante asiático ha superado a Alemania como el país con una mayor capacidad solar instalada tras el propósito del Gobierno chino para reducir las emisiones de CO2 y aumentar el consumo doméstico de energía limpia. Sin embargo, la acumulación de energía en las zonas más soleadas colapsa en algunas ocasiones las plantas solares, que se ven obligadas a parar la actividad.
El efecto Wal-Mart en la energía solar
Detrás de estas caídas de precios está la mejora de la tecnología, desde en la construcción hasta los paneles que consiguen más energía con la misma cantidad de sol. Además, las economías de escala y la experiencia acumulada desde el boom solar hace una década dan a la industria mayor capacidad para competir con los combustibles fósiles.
Sami Khoreibi, consejero delegado de Enviromena Power Systems en Abu Dabi, asegura que la industria está experimentado un “efecto Wal-Mart”: tiene cada vez más volumen con unos márgenes menores.
La industria del carbón, por su parte, se defiende argumentando que la comparativa con las renovables no es válida, ya que éstas no producen energía de manera constante. Esto hace que a la hora de calcular el coste no se incluya el gasto derivado de mantener otras fuentes que sirvan de respaldo cuando el sol no salga o el viento no sople.
Benjamin Sporton, consejero delegado de la Asociación Mundial del Carbón (WCA), asegura que cuando se tienen en cuenta estos costes extras el carbón es la fuente más económica, y lo será incluso dentro de 20 años. “Todas las economías avanzadas demanda electricidad a todas horas. La eólica y la solar solo generan electricidad de manera intermitente. Aunque algunas tecnologías han logrado reducciones de costes importantes en los últimos años, es importante fijarse en el coste total del sistema”.
A pesar de ello, el hundimiento del precio está haciendo de la solar un competidor cada vez más importante. “Estamos viendo una nueva realidad donde la solar es la fuente de energía de coste más bajo y no veo el final en términos de reducción de costes”, concluye Khoreibi.
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