Google y la compañía estatal cubana de telecomunicaciones sellaron este jueves un principio de acuerdo para que la firma estadounidense contribuya a mejorar la calidad del servicio de internet en el país, en un momento en que Washington endurece sus sanciones.
Mediante el memorándum de entendimiento, Google se manifestó dispuesto a brindar internet a Cuba con el fin de mejorar el lento servicio que se ofrece en la actualidad, cuando sea técnicamente posible.
En detalle, la Empresa de Telecomunicaciones de Cuba (Etecsa) y Google se comprometieron a “comenzar la negociación de un posterior acuerdo de servicio de intercambio de tráfico de internet”, y mejorar la calidad de acceso, según explican las partes en una declaración conjunta.
“Hemos plasmado la intención mutua de interconectar de forma directa ambas redes, sin otros tránsitos, por internet, cuando las condiciones técnicas así lo permitan”, dijo a la prensa Luis Adolfo Iglesias, vicepresidente de Inversiones de Etecsa.
Por su parte, el jefe de Google en Cuba, Brett Perlmutter, informó que se ha creado “un grupo de trabajo compuesto por ingenieros de Etecsa y de Google para investigar y analizar alternativas para poner en función la interconexión directa”.
En 2013, un cable submarino desde Venezuela abrió las posibilidades de ampliar el servicio de internet en Cuba, pero el servicio suele ser lento. Un segundo cable, ya sea desde Estados Unidos o América Latina, podría mejorar esa conexión.
En 2018, durante una visita a la isla, un representante de Google se refirió al tema tras una reunión con el presidente Miguel Díaz-Canel.
Hasta fines del año pasado, en Cuba, con 11 millones de habitantes, el acceso a internet se realizaba mayoritariamente desde plazas y parques con red wifi. El servicio no está disponible masivamente a nivel residencial.
Sin embargo, desde diciembre de 2018, Etecsa habilitó el servició de 3G en los celulares, al cual ya se han suscrito más de 1,8 millones de clientes de un total de 5,4 millones de portadores de línea. El 4G está a prueba.
Las intenciones de Google, subsidiaria de la multinacional estadounidense Alphabet, datan de al menos hace cinco años, y se renuevan en momentos en que la administración de Donald Trump arrecia sus sanciones contra Cuba.
La Habana, sometida a un embargo estadounidense desde 1962, necesita de socios extranjeros para impulsar sus inversiones y ver crecer a su economía, mientras que Washington amenaza con aplicar a partir de mediados de abril el Capítulo III de la Ley Helms-Burton de 1996.
Esta norma teóricamente permitiría, en especial compañías estadounidenses a los exiliados cubanos, demandar en las cortes federales de Estados Unidos a entidades que obtuvieron ganancias a través de firmas nacionalizadas después de la revolución.
En 2016 Google y Cuba firmaron otros memorándums de entendimiento para lograr una conexión más rápida. En 2017 se puso en marcha el servicio de Google Global Cache, todo ello aupado por el histórico deshielo entre las administraciones de Barack Obama y Raúl Castro, que luego se frenó con la llegada de Trump.
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