domingo, 31 de marzo de 2019

La Casa Blanca podría inaugurar título en 2020: primer caballero

De Martha Washington a Melania Trump, el rol de la primera dama en Estados Unidos es tan antiguo como la propia república.

Pero si uno de seis aspirantes demócratas llega a ganar las elecciones de 2020, el país podría tener pronto un primer caballero en la Casa Blanca, entre ellos el marido del que podría ser el primer presidente gay de Estados Unidos.

La pareja presidencial siempre ha sido una mujer y, pese a que sus tareas nunca fueron clasificadas oficialmente, se espera que funcione como la anfitriona de la mansión, supervisando los eventos sociales y ceremonias.

Pero la larga tradición y expectativa sobre este rol decorativo y muy visible podría cambiar drásticamente en breve.

Hace cuatro años se esperaba que Bill Clinton se convirtiera en el primer caballero si Hillary Clinton le ganaba al republicano Donald Trump, pero la historia intervino.

Ahora las senadoras Kamala Harris, Elizabeth Warren, Kirsten Gillibrand y Amy Klobuchar, junto a la congresista Tulsi Gabbard, están compitiendo para destronar a Trump y convertirse en la primera mujer en ser comandante en jefe.

Sus maridos le han rehuido al centro de atención, conscientes de una regla de campaña no escrita: “No eclipses a tu cónyuge”.

Pero una pareja en particular, Chasten Buttigieg, de 29 años, ha llamado especialmente la atención y lidera la primaria de los cónyuges para 2020. Es el marido del alcalde de South Bend, Indiana, Pete Buttigieg, y su matrimonio homosexual sería histórico en la Casa Blanca.

Buttigieg sigue siendo un candidato con pocas probabilidades, pero los tuits alegres y aparentemente no preparados de Chasten, que combinan el asombro por los logros de su marido con un humor simple, tienen cada vez más seguidores.

Chasten, un maestro de secundaria que conoció a Buttigieg a través de una aplicación de citas online, irradia encanto cuando cuenta con humor y sinceridad detalles sobre su vida como pareja del candidato.

Su afecto por su esposo se refleja en sus mensajes, como el día de enero en que Buttigieg anunció su comité exploratorio presidencial. “Estoy tan orgulloso de mi marido… mostrémosle al mundo por qué me enamoré de ti”.

Cuando Chasten tuiteó: “estoy siendo reemplazado”, junto a una emotiva foto de Buttigieg acurrucado al lado a su perro, otro potencial primer caballero intervino.

“Ok, creía que iba bien en el juego de pareja 2020 en Twitter. Buen trabajo @Chas10Buttigieg!”, publicó Douglas Emhoff, un abogado de la industria del entretenimiento que se casó con Harris en 2014.

Emhoff, seguro y cómodo frente a las cámaras, se presenta habitualmente junto a Harris en los eventos de campaña, pero mantiene su perfil público bajo control.

El marido de Klobuchar, John Bessler, también. Bessler, un profesor de derecho, colocó la carpeta de su mujer en el atril en el lanzamiento de su campaña, la besó y se hizo a un lado.

– “Cónyuge perfecto” –

Las primeras damas se han visto forzadas a lograr un equilibrio casi imposible: cumplir con los estereotipos de su rol, como elegir la vajilla de la Casa Blanca, y humanizar a sus maridos presidenciales.

Las expectativas son grandes: estar siempre impecablemente vestidas -Jacqueline Kennedy puso la vara alta-, representar al presidente en determinadas funciones y defender una causa social.

La experta en primeras damas Katherine Jellison, presidenta del departamento de historia de la Universidad de Ohio, dijo que durante 200 años los estadounidenses contaban con que la mujer del presidente se vistiera, comportara y hablara de determinada manera, pero la perspectiva de tener un primer marido podría sacudir las expectativas.

“En particular en la época de los medios masivos, desde mediados del siglo XX, hemos esperado que nuestras primeras damas sean prácticamente mujeres maravillas”, dijo a AFP.

Pero probablemente habría “menos expectativas” para un hombre en esa posición.

“Un primer caballero podría darle la oportunidad a Estados Unidos de ‘remodelar’ nuestras expectativas irrazonables sobre la pareja de un presidente y permitir que las primeras parejas futuras, cualquiera sea su género, sean más ellas mismas y no tengan que cumplir con el rol de cónyuge perfecto”.

La conducta de algunas candidatas que han intentado humanizarse a ellas y a sus potenciales primeros caballeros ya está generando debate. Warren recibió reacciones contrapuestas cuando transmitió en vivo desde su casa y abrió una lata de cerveza ante la cámara, luego le ofreció una a su marido desde hace 35 años, Bruce Mann, profesor de derecho de Harvard.

“Por ahora paso de tomar una cerveza”, dice Mann. “Este es mi amor, es el mejor y estoy loca por él”, añade Warren.



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