La OPEP y sus aliados celebran el lunes y martes próximos en Viena su primera reunión ministerial de 2019, y los mercados esperan que decidan mantener hasta fin de año, si no profundizar, el recorte de producción de crudo que vence este domingo, 30, tras entrar en vigor el pasado primero de enero pasado.
El acuerdo pactado en diciembre supuso la reducción de la oferta conjunta del grupo en 1,2 millones de barriles diarios (mbd) respecto al nivel que tenía en octubre, para reducir la oferta excedentaria y frenar la caída de los precios.
Del citado volumen, 800.000 bd corresponden a la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP), repartido proporcionalmente entre 11 de los 14 socios, ya que Irán, Venezuela y Libia quedaron exonerados del compromiso debido a las involuntarias caídas de sus extracciones que experimentan por diversas razones.
Los 10 aliados, entre ellos Rusia, México y Kazajistán, se comprometieron a rebajar los restantes 400.000 bd.
La participación de la OPEP en el mercado se sitúa en torno al 33 %, mientras que la llamada OPEP+ (OPEP y aliados) es responsable de casi la mitad de la producción mundial de crudo.
La medida, aunque contribuyó a elevar en cerca del 30 % el valor del barril de crudo en el primer trimestre del año, fue en parte contrarrestada por factores que presionan a la baja los precios, como el fuerte aumento de la producción de Estados Unidos y la «guerra de aranceles» entre EEUU y China.
Los precios del crudo experimentaron una elevada volatilidad: el barril del crudo Brent, que en diciembre había caído a menos de 54 dólares, llegó a superar los 75 dólares hacia fines de abril. Su valor actual, en torno a los 66 dólares, es un 5,5 % menor a la media del año pasado (69,89 dólares).
En su última reunión en mayo, el Comité Ministerial Conjunto de Supervisión (JMMC, por sus siglas en inglés), encargado de verificar el cumplimiento del pacto destacó la persistencia de «incertidumbres críticas, incluidas las negociaciones comerciales en curso, los desarrollos de la política monetaria y los desafíos geopolíticos».
El JMMC volverá a reunirse el próximo lunes por la mañana en Viena para estudiar la situación y hacer sus recomendaciones a la conferencia ministerial de la OPEP que tendrá lugar el mismo día, así como a la de la OPEP+ convocada para el martes.
Los ministros del grupo que llegarán durante este fin de semana a la capital austríaca para coordinar sus posiciones en encuentros oficiosos, estarán también atentos a las deliberaciones simultáneas del G20 en Japón, ante la posibilidad de que allí se adopten decisiones de relevancia para el mercado petrolero.
Por ello, la conferencia de Viena prestará especial atención a la guerra comercial entre EEUU y China, desatada por los aranceles impuestos por Washington a las importaciones de productos chinos, y contestadas por Pekín con medidas similares.
Esta situación aviva la preocupación por su impacto negativo en la economía mundial. De hecho, varios institutos han rebajado su pronóstico sobre el crecimiento económico mundial, lo que a su vez ha hecho que la OPEP y a la Agencia Internacional de la Energía (AIE) reduzcan sus previsiones sobre la demanda de petróleo en 2019.
Otro de los asuntos que más contribuye a la subida de los precios del crudo, son las sanciones de EEUU a Irán y la escalada del conflicto en Oriente Medio.
Las sanciones de EEUU a Irán para obligar a Teherán a que abandone sus actividades atómicas, han causado ya una drástica caída de las exportaciones petroleras de la República Islámica, que según los datos de la OPEP ha visto reducido su bombeo en mayo casi un 9 % respecto al mes anterior.
Otro factor que contribuye al encarecimiento del precio del crudo, es la bajada de la producción en Venezuela por la grave y sostenida crisis económica, política y social que atraviesa el país.
Según estimaciones recientes de la OPEP, la producción de crudo venezolano ha descendido hasta 741.000 barriles diarios en mayo pasado, es decir, más de la mitad del volumen medio de extracciones registrado en 2017, de 1,911 mbd.
Y el último, pero no menos importante, de los desafíos a los que se enfrentan la OPEP y otros productores, es el aumento de las extracciones petroleras de EEUU, sobre todo por el auge del petróleo de esquisto.
Según la Agencia Internacional de la Energía (AIE), tras un incremento récord de 2,2 mbd en 2018, el bombeo de EEUU seguirá «siendo protagonista» en los próximos años y convertirá a este país, que ya es el consumidor número uno de crudo, en un exportador neto de esa materia prima en 2021.
Fuente: https://ift.tt/2Ylcc19
No hay comentarios:
Publicar un comentario