Tal como lo dijo la Alta Comisionada de Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Michelle Bachelet, al despedirse del país, la crisis económica que padece en Venezuela es preexistente a las sanciones internacionales, pero, sin duda, estas medidas la agravarán.
El Informe de Perspectivas del II Trimestre de la empresa consultora Aristimuño Herrera & Asociados prevé que las importaciones totales del país terminen en alrededor de 14.000 millones de dólares y las reservas internacionales en 8.000 millones de dólares o menos, al cierre de 2019.
«Las perspectivas para 2019 no son alentadoras, pues en medio de sanciones económicas más severas al país -y en específico a Pdvsa-, el nivel de producción de la petrolera seguirá disminuyendo, y a pesar de mejores precios del petróleo, es difícil que revierta la tendencia de las exportaciones del país».
Más allá de la caída de las exportaciones, que hará muy precaria la caja del gobierno, 2019 será un año difícil en materia de compras externas, una área en extremo sensible, porque la dependencia de las importaciones es muy elevada en todos los sectores, a tal punto que una estimación reciente de Fedeagro indica que la producción interna solo puede satisfacer 20% de las necesidades alimenticias de la población.
Además, es conveniente señalar que las importaciones vienen cayendo sostenidamente desde 2015, cuando ascendieron a 44.392 millones de dólares, y en 2018 cerraron en 21.021 millones, una estrepitosa contracción de 52,65%.
«Las importaciones privadas en 2014 alcanzaron 29.156 millones de dólares, mientras en 2016 apenas superaron los $10.000 millones, y ya para el año 2018 solo fueron 4.674 millones. Estos números desmontan claramente algunos comentarios sobre una mayor participación del sector privado en las importaciones ante la caída de los ingresos que recibe el Estado. La última vez que los privados tuvieron un peso en las importaciones del país sobre el 50% fue en los años 2012 y 2013, ya a partir del año 2014 se revirtió la tendencia, y progresivamente las importaciones públicas asumieron mayor peso, hasta representar en 2018 un 78% del total», señala el informe de Aristimuño Herrera & Asociados.
Las compras del sector público se focalizarán básicamente en dos áreas: la importación de diluyentes para mezclar los crudos pesados de la Faja Petrolera del Orinoco y tratar de animar un mercado de exportaciones de crudo que proyecta mayores precios, pero Venezuela tendrá que asumir los costos de oportunidad que representa una reducción constante de la producción de crudo.
Las expectativas son claramente malas, porque las sanciones profundizarán una situación que, de por sí, ya es claramente crítica. «En este contexto, las reservas internacionales de Venezuela continuarán en niveles bajos durante el año 2019. Así mismo, sigue la tendencia de disminución al pasar de 9.524 millones de dólares en 2017 a 8.833 millones en 2018 (-7,26% vs 2017) y al 12/06/19. Las previsiones bajo el contexto económico y político actual, esperamos una caída de -9,43% respecto al año 2018, para ubicarse en 8.000 millones de dólares, al cierre del año 2019», apunta el reporte citado.
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