La oposición exhortó este viernes a los militares a cesar la “represión” en Venezuela y retirar su apoyo al presidente Nicolás Maduro, que tiene en ellos su principal sostén.
“Después de tanta lucha (…), queremos sacudir la conciencia de la Fuerza Armada, que en este momento crítico entienda no puede seguir órdenes que violen la Constitución”, señaló Julio Borges, presidente del Parlamento de mayoría opositora, en rueda de prensa luego de una nueva protesta.
Los opositores salieron a las calles este viernes, cuando se cumplen 56 días de manifestaciones que dejan 58 muertos, en su mayoría jóvenes, para marchar hasta Los Próceres, zona militar de Caracas, donde está el ministerio de Defensa.
Pero la militarizada Guardia Nacional y la Policía impidieron con gases lacrimógenos y chorros de agua que los manifestantes, varios cientos, pero mucho menos que en días anteriores, pudieran avanzar, constató un equipo de la AFP.
Maduro publicó este viernes un video en sus redes sociales en el que saluda a un grupo de la Guardia Nacional. “Los estamos derrotando (a los opositores) y con la Constituyente los vamos a enterrar”, le dijo.
Freddy Guevara, vicepresidente del Parlamento, llamó a los militares a rechazar la Asamblea Constituyente convocada por Maduro, porque “liquidará la democracia”.
Otras movilizaciones tuvieron lugar en ciudades del interior.
La noche de este viernes varios manifestantes quemaron un autobús en Altamira, barrio acomodado del este de la capital, y en varias zonas de la ciudad había barricadas.
La oposición anunció que volverá a marchar el sábado “por la libertad de expresión”, en el este de Caracas y en varios estados, cuando se cumplen 10 años del cierre de la televisora RCTV por decisión del gobierno del expresidente Hugo Chávez (1999-2013).
“No más dictadura”
“Siempre estoy aquí para que haya un cambio en este país”, dijo a la AFP Francisco García, artista plástico, durante la protesta de este viernes.
Un hombre de 33 años que había resultado herido la noche del jueves durante una manifestación en Cabudare (estado Lara, oeste) falleció este viernes, elevando a 58 el balance de muertos desde que comenzaron las protestas el 1 de abril.
Varias personas sufrieron igualmente heridas este viernes en la capital, entre ellos el diputado opositor Carlos Paparoni, impactado en una pierna con un objeto contundente.
A la oposición se unió un grupo de unos 40 militares retirados, quienes denunciaron los “atropellos” de la Fuerza Armada contra los manifestantes.
Además indicaron que rechazaron la Constituyente, que -según ellos- quiere introducir “un régimen comunista”, a través de una carta al ministro de Defensa y jefe de la Fuerza Armada, Vladimir Padrino López.
La fiscal general, Luisa Ortega, responsabilizó esta semana a la Guardia Nacional por la muerte de un joven y por más de 500 heridos durante las protestas.
“Recomponer el Estado”
El gobierno y el poder electoral -acusado de servir a Maduro- pisaron el acelerador esta semana para activar la Constituyente, cuya elección prevén para julio.
El ministro Elías Jaua, jefe de una comisión que impulsa el proyecto, defendió la iniciativa como una forma de “recomponer el Estado y rescatarlo de los terroristas”.
En el centro de Caracas, chavistas con pancartas que decían “Sí a la Constituyente” marcharon hasta el Palacio presidencial de Miraflores.
Es la “Constituyente de la paz y del futuro”, señaló Kennedy Morales, dirigente estudiantil de 24 años.
La propuesta es rechazada por la oposición, al esgrimir que busca Maduro eludir las elecciones generales que exige para sacar a Maduro del poder.
La oposición y analistas advierten que el sistema de elección de la Constituyente -al que consideran fraudulento- niega la votación universal e involucrará solamente a bases sectoriales afines al chavismo.
Se prevé que la Asamblea tenga 545 constituyentes, de los cuales la tercera parte saldrá de votaciones por sectores sociales como trabajadores, indígenas o campesinos. Pero cada candidato debe recibir la luz verde del Consejo Nacional Electoral.
Las protestas se multiplican en medio de una severa crisis económica, con una inflación estimada en 720% por el FMI para 2017 y una escasez crónica de alimentos y medicinas.
La situación minó la popularidad de Maduro, cuya gestión rechazan siete de cada diez venezolanos, según encuestas privadas.
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