Los principales exportadores de bienes agrícolas en la región históricamente han sido Brasil y Argentina.
En la actualidad Brasil ocupa la tercera posición del ranking mundial de países exportadores de bienes agrícolas, mientras que Argentina fue desplazada por México de la lista de los 10 principales exportadores en 2018, según reseña Torino Economics, la unidad de investigación de Torino Capital, en un reporte sobre la situación económica del país carioca ante la pandemia de COVID-19.
La llegada del coronavirus a Brasil generó la modificación drástica de las expectativas de crecimiento agrícola tanto en Brasil como en Argentina, naciones cuyas principales exportaciones son productos agropecuarios como el trigo, la soya y la carne, de acuerdo con los datos de Torino Economics.
Afortunadamente, entre las pocas materias primas que no se han visto significativamente impactadas por la pandemia en sus precios globales, se encuentran los cereales. Además, algunos rubros agropecuarios podrían representar una excepción positiva ante los efectos recesivos causados por la llegada del nuevo coronavirus.
– Producción agrícola de Brasil se mantiene activa –
Actualmente los shocks de oferta y de demanda a nivel global se han traducido en gigantes pérdidas para muchos sectores, lo que implicaría un incremento de las exportaciones comerciales con el objetivo de reactivar la producción y avanzar en la recuperación económica de todos los países.
En el caso específico de Brasil, señala Torino Economics que las exportaciones de este país son destinadas en mayor porcentaje a China, que ya parece haber dejado atrás su peor momento tras la crisis desatada por el nuevo coronavirus.
Es por ello que, la demanda de productos agrícolas podría entrar en una fase de expansión para el gigante asiático y Brasil es uno de sus principales surtidores de soya y carne, resalta la unidad de investigación de Torino Capital.
En contexto a lo anterior, según datos oficiales del Ministerio de Agricultura brasileño la soja y el maíz son los productos que impulsan las expectativas positivas de crecimiento del sector. Se espera que la producción de soya y maíz en Brasil crezcan cerca de 2.7% y 4.5% respectivamente, con relación a la última temporada de zafra, del mismo modo, se garantiza el mercado interno durante la pandemia.
Es importante destacar que las exportaciones del sector agropecuario brasileño, en el primer trimestre del año alcanzaron USD 21.4 B, en un ambiente donde el peso de estas exportaciones totaliza de 43.2%, 1.2% más que lo registrado en el primer trimestre de 2019. Sin dejar atrás que el mes pasado, las exportaciones del sector agropecuario crecieron 13.3% con relación al mismo periodo el año anterior, gracias al impulso de la soja, el azúcar y la carne.
Además, la participación de China en las exportaciones agropecuarias brasileñas paso de 34.2% en marzo de 2019 a 41% en marzo de 2020, debido al protagonismo de la soja y la carne principalmente.
Estos datos podrán confirmar que a pesar de la profunda recesión que impactará a Brasil, el sector agropecuario seguiría una senda positiva y podría representar un aspecto positivo entre los impactos negativos de esta gran crisis mundial, señala Torino Economics.
– El impacto sobre el mercado laboral –
La población ocupada en la industria de agronegocios totalizó 18.25 millones de personas en 2019, un 19.54% del total de trabajadores ocupados en Brasil, según cifras del Centro de Estudios Avanzados de Economía Aplicada (CEPEA), citado por Torino Economics.
La composición sectorial del mercado de trabajo del sector de agronegocios corresponde en su mayoría a la producción primaria agrícola y ganadera (46%), seguida por los servicios asociados a los agronegocios (31%), por la manufactura derivada de los bienes agrícolas y ganadero (21%) y por los insumos (1%).
La pandemia no impactará de igual forma en el trabajo entre sectores. La exposición al mercado internacional, la percepción de los bienes como esenciales y la perdurabilidad de estos son factores importantes que diferenciarán el impacto entre las diferentes actividades económicas que tiene Brasil.
Los sectores catalogados como más vulnerables son los productos derivados lácteos, la horticultura, la floricultura y las manufacturas que se enfocan más en el mercado interno como la vestimenta, el calzado y los muebles. Estos sectores acumulan hasta 30.11% de las personas ocupadas de la industria, aproximadamente 5.5 millones de personas, que están en una posición de vulnerabilidad.
Estos y otros factores de vulnerabilidad pueden hacer que esta población ocupada pierda su trabajo, negocio o parte de sus ingresos, explica Torino Economics en su reporte sobre la situación económica de Brasil.
La gravedad de la situación dependerá de la duración de las medidas de aislamiento social, de las acciones del Gobierno para apoyar a la pequeña y mediana empresa del sector y el costo y acceso al crédito que obtendrán para recuperar actividades e invertir una vez superadas las medidas.
– Enfoque sobre la economía brasileña –
Para Torino Economics, el crecimiento de las exportaciones agropecuarias como punta de lanza para la recuperación económica es claramente una oportunidad significativa para la economía brasileña. En este sentido, la firma económica considera de suma importancia, la necesidad de generar estímulos fiscales y monetarios para reducir el impacto de la crisis actual, pero con énfasis en sectores como el agrícola, que se destacan como la excepción al conjunto de expectativas negativas generadas debido a la pandemia COVID-19.
Asimismo, cabe destacar que, actualmente en el sector primario chino, el abastecimiento de soja es una de sus principales preocupaciones, principalmente para alimentar a su vasta producción porcina. En ese sentido, Brasil podría encontrar una oportunidad para hacer frente a esta demanda de soja del gigante asiático, ya que, Argentina (su principal competidor en la región) ha reportado un mayor retraso de envíos de soja y otros productos agrícolas, debido a inspecciones sanitarias por parte del Gobierno argentino.
Ante ello, Brasil debe enfocar parte de sus esfuerzos en mantener la producción agropecuaria y generar apoyo con mayores niveles de crédito y seguridad sanitaria para los trabajadores en sus áreas de trabajo, desde las áreas de cultivo hasta el sector transporte, permitiendo que los niveles de confianza y seguridad se mantengan y contribuyan a la expansión del sector, concluye Torino Economics.
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