El FMI considera que se han realizado progresos dentro del sector bancario en los últimos tiempos. Las entidades bancarias tienen mayores niveles de capital, la regulación se ha mejorado, la supervisión de los organismos se han reforzado y continúan adaptándose a los nuevos modelos de negocio ( Fintech ).
Este ha sido el inicio del informe de estabilidad financiera que ha realizado el Fondo Monetario Internacional (FMI) sobre el sistema bancario de la Unión Europea.
Pero dentro de este informe han advertido que existen problemas por la baja rentabilidad en algunos países, existen bancos débiles, sigue habiendo falta de acceso al capital y gran nivel de morosidad que impide la recuperación y esto podría reavivar los riesgos sistemáticos que llevaron a la crisis financiera.
Nos podemos preguntar: ¿Cómo ha analizado el FMI a las entidades bancarias de España? ¿Han existido progresos de las anteriores recomendaciones del FMI en las entidades bancarias españolas? ¿Cuál es la receta del FMI para las entidades bancarias españolas?
El Fondo Monetario Internacional (FMI) analiza en profundidad la situación de las entidades financieras españolas. En la mayoría de veces pone como ejemplo estas entidades como aquellas que tenían problemas pero han comenzado a corregirlos.
Pero el FMI realiza recomendaciones:
-Deben continuar garantizando el nivel de provisiones de forma adecuada.
-Deben mejorar la ganancia de la eficiencia de las entidades, y posiblemente, a través de fusiones.
-Deben fomentar los ingresos que no están relacionados con los intereses.
-Deben aumentar el capital de alta calidad.
Estos objetivos del FMI para el sector financiero español son para mejorar la capacidad del sistema bancario para soportar posibles shocks y poder facilitar la provisión de crédito suficiente a medida que la demanda de crédito aumenta dentro de España.
El FMI reconoce que han existido progresos que se han logrado y que se recomendaron en los años anteriores. Se destaca que el sistema bancario está mucho más cerca de dejar atrás gran parte de los efectos negativos de la crisis.
También ha apuntado que la reforma legislativa para las cajas de ahorro y las fundaciones bancarias está, en este momento, plenamente implantado dentro del sistema bancario español, pero se recuerda que quiere que las fundaciones bancarios deben renunciar a ser entidades de crédito o que establezcan fondos de reserva para respaldarlas.
El FMI reconoce que el sector bancario en Europa y España está sobrebancarizado. Comenta que las actuales subidas que se producen en la bolsa no se deben interpretar como el fin del período de crisis. Hay demasiadas entidades financieros con muchas oficinas que suponen un elevado costo operativo y lastran la rentabilidad en una situación con tipos de interés bajos donde se complica la sostenibilidad de las entidades.
Las entidades bancarias en España podrían aprovechar las fusiones para lograr ahorros en costos hasta alcanzar el 27 por ciento por el incremento del volumen de activos. Las entidades bancarias resultantes de las fusiones con más de 200.000 millones de euros en activos reducirían costos entre un 8 por ciento y un 27 por ciento.
Para entidades resultantes de las fusiones que alcanzaran un volumen entre 50.000 y 100.000 millones de euros en activos, el ahorro de costos estarían entre el 4 por ciento y el 20 por ciento. Esto se daría por la caída del negocio bancario y la presión de los bajos tipos de interés, desembocando en entidades formadas con balances entre 50.000 y 100.000 millones euros en activos.
Las economías de gama surgen de las sinergías en la combinación de productos tradicionales con otros nuevos, por lo que seguramente puede permitir la incorporación de alternativas fintech dentro del mix de entidades bancarias.
La concentración de la entidades bancarias es mayor en España que en la Unión Europea
En el año 2008 se produjo una primera concentración del mercado en pocas entidades bancarias estando por debajo de la media de la zona euro. A finales del 2014, los índices de concentración superan los valores promedio de las entidades bancarias europeas, lo que puede tener implicaciones en función de las intensidad de la competencia.
La intensa reestructuración del sector bancario en España se ha traducido en una reducción en el número de competidores y en un aumento en el grado de concentración del mercado. Desde el inicio de la crisis en 2008 a finales del 2015, el número de entidades de depósitos se ha reducido un 24 por ciento.
El aumento de la concentración sobrepasa los niveles que en otros países se consideran preocupantes, alcanzando niveles elevados que podrían afectar a la intensidad de la competencia y que conviene vigilar. El número de entidades bancarias en España se ha reducido un 40 por ciento, mientras que en la euro zona ha sido del 17 por ciento.
España convierte en el segundo país de la euro zona con mayor disminución, solo por detrás de Chipre y casi similar nivel que Grecia. En las grandes economías también ha disminuido el número de entidades bancarias, pero con concentración diferentes ya que en Francia ha sido 36 por ciento, en Italia ha sido un 20 por ciento y en Alemania un 11 por ciento.
El FMI considera que con una simple reestructuración de los modelos de negocio del sistema bancario no es suficiente, y que los bajos beneficios pueden llevar a las entidades financieras a no ser capaces de afrontar imprevistos.
Los sistemas bancarios de España, Dinamarca y Holanda han realizado una amplia reducción de oficinas y de empleados. El problema de algunos mercados es que la presión del negocio y la rigidez de los mercados van a desincentivar a las entidades bancarias a las reestructuración.
Un racionalización de sucursales dará que el ratio entre depósitos y oficinas podría reducir los costos operativos alrededor de los 23.000 millones de euros, el equivalente al 23 por ciento de los beneficios netos de las entidades financieras.
España ha llevado a cabo un sustancial proceso de consolidación entre el 2009 y 2012 con cambios para fortalecer su gobernanzas y reducir los créditos morosos desde los niveles más altos del inicio de la crisis en el 2008.
EL FMI considera que el proceso de reducción de créditos morosos que las entidades financiera va lento y sigue siendo demasiado alto. Estima del sector financiero en Europa sobre un billón de euros, tras reducirse solo alrededor de los 120.000 millones de euros durante los últimos años.
En los índices del FMI de riesgo en tasas de morosidad en España está situado respecto los préstamos tóxicos en un 5,7 por ciento, reduciendo en los últimos años en 3,7 por ciento estos créditos de morosos.
EL FMI tiene claro que las entidades financieras tienen la responsabilidad principal de conseguir beneficios sostenibles para evitar problemas en su modelo de negocio, pero los supervisores también tienen que estar encima para que se cumpla esta premisa.
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