El gigante Petrobras, la mayor empresa de Brasil, se encuentra en el centro de una encrucijada después de la salida de su presidente, Pedro Parente, quien dejó el cargo ante la presión política para reducir el precio del combustible.
En pleno año electoral, el nuevo presidente de la estatal, Iván Monteiro, tiene por delante el desafío de resistir y mantener la independencia en la política de precios de la petrolera, en un momento en el que las constantes alzas del combustible han llevado al Gobierno a subsidiar los precios tras la huelga camionera.
El presidente de Brasil, Michel Temer, garantizó la víspera que el Ejecutivo no interferirá en la política de precios de Petrobras, pero el mercado guarda recelo después de los últimos acontecimientos y tras la salida de Parente.
La renuncia del ejecutivo, quien llegó al cargo en junio de 2016, ha aumentado la presión sobre el Gobierno para que anuncie medidas capaces de frenar la volatilidad en las tarifas de los combustibles, las cuales actualmente dependen de las oscilaciones en el mercado internacional.
Las fuertes y constantes subidas del precio de los combustibles desencadenaron en una grave huelga de camioneros que prácticamente paralizó Brasil y cuyas secuelas todavía se sienten días después de llegar a su fin.
No obstante, los inversores siguen de cerca los últimos movimientos en la petrolera, que continúa en la senda de la recuperación después de la grave crisis causada por un gigantesco escándalo de corrupción y las turbulencias en el mercado internacional.
“El mercado va a esperar a ver lo que sucede. Van a haber ajustes de corto plazo de carácter especulativo, pero el inversor de largo plazo va a estar atento”, afirmó en declaraciones a Efe el analista Pedro Galdi, de la consultora Mirae.
Petrobras perdió el viernes 40.400 millones de reales (unos 10.727 millones de dólares) en valor de mercado tras la renuncia Parente y los papeles de la estatal se dejaron más de un 14 % en la Bolsa de Valores de Sao Paulo.
Para el analista, si el Gobierno decide finalmente interferir en la política de precios de Petrobras “va a generar una desconfianza en el inversor” y va a “poner más leña en la hoguera” de la economía brasileña, que continúa frágil a pesar de la lenta y gradual recuperación del año pasado.
Brasil creció un 1,0% en 2017, tras las retracciones del 3,5% en 2015 y del 3,5% en 2016, cuando el país enfrentó su más grave recesión varias décadas.
En su carta de renuncia, Parente aconsejó al presidente Temer a “continuar con su histórica contribución para la empresa” y a “apoyarse en las reglas corporativas que tanto fueron perfeccionadas en los dos últimos años”, aunque el jefe de Estado también deberá sentir en los próximos meses la presión social.
Para el mercado, Parente levantó la bandera de la recuperación de Petrobras y capitaneó la reducción de la deuda de la compañía.
El ejecutivo también fue el encargado de establecer la política de precios de “naturaleza empresarial”, una medida que ayudó a la empresa a recuperar su valor pero que acabó convirtiéndose en su principal villano tras la huelga de los camioneros.
A pesar de Petrobras reiteró que gran parte de los elevados precios del combustible en las gasolineras era consecuencias de los altos impuestos de Brasil, Parente y la política de precios de la estatal acabaron en el centro del huracán en un momento de descontento social.
Por ello, el futuro de dicha política entrará previsiblemente en el la hoja de ruta del debate electoral para los comicios de octubre y varios candidatos presidenciales ya han comenzado a expresar su opinión sobre el asunto.
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