Durante muchos años Petróleos de Venezuela fue como una especie de ciudad amurallada de esas que relatan los libros de historia. Con la llegada del chavismo al poder, el asedio comenzó hasta lograr su cometido de invadirla. Derribaron sus muros, persiguieron a sus residentes y destruyeron su esencia.
Las consecuencias del colapso de la principal empresa del país se sienten con fuerza y es parte medular de la crisis que atraviesa la nación, por ser la máxima fuente de divisas, una dependencia que se acentuó en los últimos 20 años.
Las señales más recientes plantean un escenario muy preocupante para la economía nacional. El último reporte de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (Opep) indica que el país produjo en octubre 1,171 millones de barriles diarios, según fuentes secundarias porque en esta ocasión Pdvsa no entregó datos. La cifra refleja una caída de 476.000 barriles diarios en el año.
En el informe semanal de Aristimuño Herrera & Asociados analizamos la situación de Pdvsa, cómo mejorar la eficiencia y crear valor alineando demanda con oferta y nos adentramos en las estrategias para enfrentar la difícil tarea de encontrar personal.
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