Poco después de aterrizar en Buenos Aires, uno de los primeros lugares que el venezolano Samuel Hidalgo buscó fue el Estadio Nacional de Béisbol, al lado del aeropuerto de Ezeiza, en las afueras de la capital argentina.
“Entré a Google a ver si aquí había béisbol”, cuenta a la AFP Hidalgo, uno de los jugadores destacados de la Liga Metropolitana de Béisbol de Buenos Aires (LMB) y quien llegó a Argentina hace año y medio por la crisis económica en su país.
Para alivio de Hidalgo, el asunto no se reducía al estadio. A muy poco de llegar, el jugador encontró sitio en el club Daom, uno de los más tradicionales del país, y desde allí comprobó el buen nivel del béisbol argentino.
“Si te descuidas en un lanzamiento, te la botan (anotan un cuadrangular)”, confiesa Hidalgo, que paralelamente trabaja en una agencia de publicidad.
Aunque pueda parecer una imagen exótica en el país de Lionel Messi y de Diego Maradona, la historia de la pelota caliente en Argentina echa sus raíces bien atrás, a finales del siglo XIX.
Si bien es superado en popularidad y éxitos por el fútbol y el baloncesto, el béisbol argentino sumó algunos hitos como el quinto lugar en los Juegos Panamericanos de Mar del Plata, en 1995, con victorias sobre Estados Unidos y Puerto Rico.
El reciente éxodo venezolano viene a alimentar esa historia. Según cifras oficiales, en los últimos años cerca de 130 mil venezolanos llegaron a Argentina.
Una parte de esa migración ha servido para aumentar el nivel del béisbol argentino. Hay compatriotas de Hidalgo en los seis equipos que disputan cada año la LMB.
“Los panas que están llegando y jugaron a un buen nivel allá, al ser parte de la Liga, el torneo toma una fuerza distinta”, explica el lanzador, que ganó ya dos títulos con Daom.
Para Hidalgo y para muchos de sus compañeros, el desafío de migrar es más sencillo con el béisbol.
“El club ha entendido el cambio que atravesamos y nos hacen mucho más sabrosa esta vivencia”, señala el jugador.
– Cada vez más profesional –
A un nivel profesional, la Liga Argentina de Béisbol (LAB) es el otro gran torneo del país. El certamen, que cumple ya dos ediciones, se juega de septiembre a diciembre con seis equipos de las provincias de Córdoba y de Salta y recibió también el aporte venezolano.
“El nivel que se vio en el terreno fue importante”, explica el venezolano Wilmer Castellanos, director deportivo del torneo, que llegará este año a Buenos Aires.
Según cifras de la LAB, la segunda temporada tuvo 25% de jugadores venezolanos, 10% más que el primer año. Castellanos explica que el aporte es fundamental en lanzadores, ya que no demasiados jugadores argentinos logran enviar la pelota a más de 149 km/h.
En la última temporada brillaron lanzadores venezolanos como Yoimer Camacho, quien se convirtió en el pitcher más valioso de la campaña.
“Pensé que era fácil pero tuve que fajarme (esforzarme) para hacer mi trabajo”, explica el jugador.
Enfrentados a lanzamientos más veloces, los bateadores argentinos tienen que aumentar su poder.
“Los venezolanos, al tener brazos tan fuertes, están ayudando a que nuestro béisbol crezca a pasos agigantados”, sonríe el argentino Jacinto Cipriota, que juega para Daom y es parte de la selección argentina.
Con los lanzamientos de Camacho, los Falcons de Córdoba, vigentes campeones de la LAB, se llevaron dos victorias en la Serie Latinoamericana que disputaron en enero frente a equipos de México, Colombia, Nicaragua y Panamá.
– Los chicos también –
Pero el aporte no solo viene en categorías mayores, sino también desde las divisiones infantiles, con la llegada de muchos niños venezolanos.
“Subió el nivel sobremanera, esos niños ven el deporte distinto a cómo lo ven los niños argentinos”, reconoce Guido Monis, lanzador del club Ferrocarril Oeste y de la selección argentina, que este año disputará los Juegos Panamericanos en Lima.
Una leyenda como el venezolano Omar Vizquel pudo comprobarlo durante una reciente visita a Buenos Aires, en la que dio varias clínicas de béisbol a niños.
“Con los ‘chamines’, me di cuenta de que esos venezolanos que están ahí metidos van a ayudar al empuje del béisbol aquí en Argentina”, reconoció Vizquel, que jugó más de 20 años en las Grandes Ligas.
Vizquel cree que no solo será un aporte en la técnica, sino sobre todo en la manera de sentir el béisbol.
“Creo que cuando vean venezolanos, de la forma que ellos juegan, se les va a pegar ese ‘saborcito'”, vaticinó el ex jugador.
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