El financiamiento del consumo a través de tarjetas de crédito tuvo un crecimiento de 0% entre marzo y abril y registró una caída anualizada, al cuarto mes de 2019, de 42,7%, para ubicarse en 274.635 millones de bolívares, 204.859,4 millones menos que en abril de 2018, según el Informe Bancario de Aristimuño Herrea & Asociados. Adiós a la «tercera quincena».
Este es el segmento de la cartera de créditos más afectado por la sequía de liquidez impuesta a la banca por la estrategia de encaje legal del Banco Central de Venezuela, a pesar de que, en teoría, son los préstamos «más rentables» -las tasas de interés son «híper» negativas como la inflación- para el sistema bancario, pero evidentemente en este resultado también influye el hecho de que prácticamente 50% de la cartera es obligatoria. No queda margen para financiar el consumo, por mucho que este haya bajado aceleradamente.
De hecho, el otro segmento del portafolio de préstamos que registró una variación interanual negativa en abril es el hipotecario, que cayó 4,8% en comparación con el mismo período en 2018.
En realidad, la hiperinflación venía pulverizando la capacidad de compra de los créditos al consumo, por lo que la Superintendencia de Instituciones del Sector Bancario (Sudeban) ha venido incrementando estatutariamente los límites. El aumento más reciente fue a un límite máximo de 775.000 bolívares en marzo pasado, como consecuencia del ajuste del valor de la Unidad Tributaria.
La morosidad no es un problema para este cartera, pues, en general, el índice es bajo para una economía deprimida como la venezolana y con una contracción aguda del poder adquisitivo. El portafolio de préstamos de la banca mostró un índice de morosidad de 2,73% en abril de 2019, un incremento importante frente al 0,29% del mismo mes de 2018.
No obstante, pese a que la cobertura de la mora también ha descendido, se mantuvo en 108,60% en abril. De acuerdo con las cifras que muestra el Informe Bancario de Aristimuño Herrera & Asociados, esta cuenta bajó 44,91% entre marzo y abril pasados y descendió duramente 776,54% en comparación con el mismo período de 2018.
Es cierto que este descenso parece muy importante -y lo es-, pero no significa que el nivel de cobertura no sea adecuado y, como en las condiciones actuales no se espera que las carteras de mayor riesgo de la banca -especialmente la de consumo con tarjeta- crezcan agresivamente en el corto plazo, parece poco probable ver una cobertura inferior a 100%.
– Domina la banca pública –
Para un sistema político que tiene en el subsidio una herramienta fundamentalísima de gestión, es comprensible que la banca pública asuma el mayor riesgo crediticio, por lo que la cartera de tarjetas de crédito está dominada por los entes financieros estatales.
En el grupo de los 10 principales bancos del sistema, que absorbe 92,5% de la cartera total, la banca pública concentró 41,2% del total de créditos. El Banco Bicentenario lidera este segmento con una cartera de 72.214 millones de bolívares (26,3% del mercado), seguido de Banesco (15,1% de cuota de mercado); Mercantil (13,3%); Venezuela (11,1%); BBVA Banco Provincial (9%); BOD (5,5%); Del Tesoro (3,8%); Bancaribe y Banplus (3,1%) y Sofitasa (2,3%).
Fuente: http://bit.ly/30MiiJI
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