Con una posición política complicada por casos de violación a los Derechos Humanos que han reactivado la condena local e internacional a su administración, Nicolás Maduro prometió que la «semana que viene» dará «buenas noticias» sobre el diálogo político con representantes de la oposición y se desbordó en llamados a una «mesa permanente de diálogo y soluciones», según reportó la agencia gubernamental de noticias AVN.
Luego de que su canciller, Jorge Arreaza, realizara una gira por Europa, en la búsqueda de activar una mediación creíble para la oposición, que incluyera al Vaticano, Maduro volvió a sugerir que hay diálogo y que «van a haber buenas noticias en la semana que viene».
«Quiero ratificar el compromiso del Gobierno Bolivariano con el diálogo de Noruega, con la construcción de una mesa permanente de diálogo y soluciones». Más adelante, continuó: «creo en el dialogo, en la política y en la palabra, porque creo en Venezuela y creo que todos los venezolanos deberíamos estar dedicados a embellecer el país, a cuidarlo. Todos. No que uno conspire contra otro».
Después de haber denunciado un intento de golpe de estado supuestamente liderado por oficiales retirados y algunos activos, así como por dirigentes de la oposición política, Maduro asumió el tono de «pasar la página» y dijo: «basta de traiciones, de complot. Vayamos por un solo camino, el camino de la Constitución, del entendimiento, del diálogo, de la superación, sin intervencionismo extranjero. Eso es lo que quiero. Este 2019, vamos a lograr un acuerdo de entendimiento, de paz, de diálogo para Venezuela».
Sin embargo, lo que trascendió de las dos primeras rondas de conversaciones con representantes del gobierno noruego como mediadores fue que los representantes de Maduro se negaron a hacer la más mínima concesión y se limitaron a exigir que la oposición apoyara una estrategia de supresión de las sanciones internacionales, a cambio de un «pacto de convivencia política».
La nota de AVN repite que Maduro «ha realizado más de 600 llamados al diálogo como parte de las políticas de paz, reconciliación y respeto a la soberanía. La última se llevó a cabo en República Dominicana en 2016. Tras llegar a un acuerdo en la nación caribeña, al momento de firmar, la oposición se negó a reconocer los avances y acuerdos alcanzados».
Así que Maduro decidió firmar solo y con base en un acuerdo que su contraparte no reconoció adelantó las elecciones presidenciales en 2017, cuyos resultados fueron desconocidos por la mayoría de la oposición y cuestionados por más de un centenar de países.
La próxima semana llega al país Enrique Iglesias, el representante de la UE para Venezuela, básicamente con la intención de salvar la tentativa de diálogo con el apoyo noruego, pero la posición del presidente de la AN y mandatario interino reconocido por 50 países, Juan Guaidó, volvió a la inflexibilidad, al señalar que cualquier conversación debe estar condicionada previamente por el «cese de la usurpación».
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