El presidente argentino, Alberto Fernández, expresó este viernes su deseo de que los países que integran el directorio del Fondo Monetario Internacional (FMI) apoyen a Argentina en sus negociaciones para el pago de la deuda con el organismo.
«A los países que tienen un lugar en el directorio del Fondo y votan les transmitimos nuestra preocupación y deseo de que acompañen el pedido de Argentina», dijo el mandatario en declaraciones a los medios argentinos que lo acompañan en el viaje que desde el martes pasado realiza a Israel, adonde llegó para participar con otros líderes mundiales de un homenaje a las víctimas del Holocausto.
Al detallar algunos de los aspectos de su reunión bilateral con el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, Fernández señaló que le transmitió la «situación» económica que su Gobierno heredó al asumir el 10 de diciembre pasado, tras los cuatro años de gestión del conservador Mauricio Macri (2015-2019).
«Nuestra preocupación por la deuda, nuestros esfuerzos por superar el problema. Y lo que el primer ministro me transmitió es toda su decisión de ayudarnos en lo que Israel pueda», agregó.
«La Argentina es un país que el Gobierno anterior dejó virtualmente en ‘default’ (suspensión de pagos), en una recesión tremenda, con una pobreza muy alta», lamentó.
Para el mandatario, el país necesita recomponerse socialmente y recuperar su actividad económica, así como «poder exportar y conseguir dolares para, a partir de allí, ver la manera de poder cumplir las obligaciones» de deuda.
«Y para eso tenemos que ponernos de acuerdo con los acreedores y con el Fondo», aseveró, en referencia a las negociaciones para hacer frente al pago de los alrededor de 44.000 millones de dólares que Argentina ya ha recibido de los 56.300 a los que asciende el préstamo que el FMI aprobó para Argentina en 2018, al inicio de la grave recesión que aún arrastra.
Estas declaraciones se dan tres días después de que el ministro de Economía, Martín Guzmán, anunciara un proyecto de ley que busca restaurar la «sostenibilidad de la deuda pública externa» para enfrentar las negociaciones con los tenedores de deuda argentina, en medio de la «crítica» situación de endeudamiento exterior del país, que asciende a más 270.000 millones de dólares.
Sobre el crédito del FMI, Guzmán reprochó, muy vehemente, que el «préstamo mas grande» dado en la historia de ese organismo, en referencia a los 56.300 millones, no fuera utilizado para aumentar la capacidad productiva argentina, sino para pagar deuda y financiar la «salida de capitales».
También afirmó que en las últimas semanas Argentina dialogó con el FMI en «tono constructivo» para tratar de «reperfilar el sendero de pagos» previstos hasta 2023, con el fin de dar un «alivio» al país y poder así «implementar las políticas publicas» que permitan establecer «un sendero de desarrollo virtuoso e inclusivo».
Desde el inicio de su mandato, Fernández y su equipo han asegurado que el país está dispuesto a pagar la deuda pública, aunque insistiendo en que, para ello, la economía nacional debe volver a crecer.
En sus declaraciones de hoy, el presidente, que en Jerusalén también se reunió con el jefe de Estado de Israel, Reuven Rivlin, afirmó que en el almuerzo de dos horas que compartió con Netanyahu «fue realmente muy grato», en el que hablaron «de todo lo que Israel y Argentina hace muchos años han dejado de hablar».
«Que son las cosas que podemos hacer en conjunto», sentenció.
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