Tras meses de protestas en las calles, la líder pro-China de Hong Kong, Carrie Lam, vino al foro de Davos para intentar atraer inversiones, asegurando que el territorio chino sigue siendo seguro y que no piensa abandonar el cargo.
Sus cuatro días en el Foro Económico Mundial (WEF), que termina este viernes, quedaron ensombrecidos por la decisión de la agencia de calificadora Moody’s de rebajar la nota del territorio por las protestas y por la inacción del ejecutivo.
Lam se enfrenta además a las consecuencias sanitarias, pero también sociales y económicas, del coronavirus que está afectando a China y podría extenderse a otros países.
«Siento que hemos pasado por momentos muy difíciles. personalmente he pasado y todavía estoy pasando momentos muy difíciles», dijo el jueves en Davos.
Lam está bajo presión para poner fin a siete meses de manifestaciones masivas y a veces violentas en Hong Kong, el mayor desafío a Pekín desde que este territorio dejó de ser una colonia británica y volvió a China, en 1997.
La jefa del ejecutivo también lamentó la nota de Moody’s y reconoció que el territorio podría tener un crecimiento negativo en 2019 y en 2020.
Sin embargo insistió en que el sector financiero de Hong Kong, clave para su economía, sigue siendo «tan robusto como siempre» gracias a sus relaciones con China.
«Es una maravillosa puerta de acceso con la China continental y el resto del mundo. Sigue siendo un centro financiero maravilloso», aseguró en un discurso el miércoles.
– Cambios e incertidumbre –
«No hace falta una bola de cristal para ver que vienen más cambios e incertidumbre» , apunta Laura Cha, responsable del operador de bolsa hongkonés HKEX.
Pero al mismo tiempo aseguró que «cree» en Hong Kong y que el territorio está «abierto a los negocios».
Sin embargo no todo el mundo compra el discurso optimista de Carrie Lam.
Yuan Ding, el vicepresidente de la escuela de negocios China Europe International dijo que no está claro si Lam tiene el poder suficiente para tomar decisiones que pongan fin a las protestas.
«Solo están haciendo una exhibición. Los inversores no se lo creen», dijo en declaraciones a la agencia económica Bloomberg.
Lam recordó que Hong Kong forma parte integrante de China, que tiene su constitución y sus reglas que no se pueden sobrepasar.
«Hong Kong no es un estado, es una Región Administrativa Especial de Hong Kong de la República Popular China», afirmó.
También insistió que su dimisión no serviría para mejorar la situación en Hong Kong. «Dejar esa posición vacante solo creará más incertidumbre y confusión», aseguró.
A las manifestaciones de los últimos meses se añade ahora otra problema, la propagación de un coronavirus letal que mató a más de 20 personas y ha llevado a China a poner en cuarentena a al menos 13 ciudades.
En Hong Kong, donde dos personas han dado positivo por el coronavirus, «tenemos un sistema, tenemos un protocolo, tenemos los recursos» para hacerle frente, aseguró Lam.
La excolonia británica atraviesa desde junio del años pasado la peor crisis desde su devolución a China en 1997, con manifestaciones prácticamente diarias para exigir reformas democráticas y oponerse a lo que los manifestantes consideran una creciente injerencia de Pekín en los asuntos locales.
Pero Pekín y el gobierno local se niegan a ceder a las peticiones de los manifestantes, que reclaman elecciones libres en el territorio así como una investigación transparente sobre la represión policial y la amnistía de los casi 6.500 detenidos en las protestas
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