El panorama económico en Venezuela para el año 2020 luce poco alentador. Sin embargo, para el economista César Aristimuño, director general de la firma consultora Aristimuño Herrera & Asociados (AH&A), la economía venezolana reflejará un comportamiento, también negativo, pero no en la magnitud de la contracción registrada en 2019.
Al vislumbrar con optimismo un año «distinto» al anterior, Aristimuño considera que la economía nacional dependerá, en mayor medida, del «comportamiento» que asuma el gobierno de Maduro y en el alcance que definan las políticas económicas.
«El gobierno en el último cuatrimestre ha entendido el concepto de la dinámica de las propias fuerzas de la economía», consideró.
Teniendo en cuenta que Venezuela cerró el año 2019 con el mayor índice inflacionario registrado en el mundo, marcado por una hiperinflación que tenderá a continuar y con una caída abrupta de la actividad económica del país, para el especialista será clave cuánta disposición tendrá el Estado de permitir que una economía de mercado opere en el país. Aristimuño confía en que el gobierno actuará con un mayor pragmatismo.
A su juicio, el gobierno de Nicolás Maduro profundizó en el último trimestre de 2019 una relativa «libertad de acción» para los agentes privados de la economía nacional. Viendo esta tendencia, se cree necesario la eliminación definitiva de los controles de precios, controles de cambio y el ajuste necesario en el ámbito jurídico que permita que el sector privado opere en un marco de mayor estabilidad y seguridad.
Asimismo, reiteró que es necesario que el Gobierno sincere su situación financiera y se desprenda de todos aquellos activos expropiados y estatizados por la radicalización del socialismo del siglo XXI, que convirtió a empresas, que en algún momento fueron productivas, en «empresas parasitarias», lo que constituye un factor de riesgo para el país por el alto gasto fiscal del gobierno en mantener activos que no aportan a la economía.
«Es hora de que el Estado se empequeñezca y que el sector privado se fortalezca», puntualizó.
– Los grandes deseos –
ByN: ¿Qué esperar para el 2020 en materia económica?
César Aristimuño (CA): – Esperamos alternativas adicionales de mayor crecimiento económico. Nos gustaría que el Estado diese una demostración de querer que la economía funcione en un mercado cada vez más abierto, con mejores reglas y que pasen al sector privado todos los activos improductivos del sector público en condiciones apropiadas, financieras y legales, tomando en consideración el entorno económico actual.
– El Estado puede empezar a revertir la realidad económica actual y el accionar sobre el cual ha venido sustentando la acción en los últimos 20 años. Es hora que se desprenda de ese modelo que ha sido muy negativo, en términos de resultados, para ver la economía con una estrategia integral que promueva su crecimiento sostenible, con la mínima inflación y orden macroeconómico. De este modo, se permitirá generar mayores tasas de empleo en la economía, con una nómina cada vez más estable y sostenida.
«El Estado ya no tiene capacidad de soportar toda la economía, ya que no cuenta con los ingresos necesarios», subrayó.
– ¿Cuáles son las perspectivas económicas?
– Vamos a tener una desaceleración del proceso inflacionario. Estamos observando que el PIB va a seguir siendo negativo, pero con una contracción inferior a la del 2019. Posiblemente veamos una caída en la actividad económica cercana al 10%, aunque este resultado va a depender de cuál será el rol que jugará el gobierno en la economía este año.
En Venezuela ya no se habla de bolívares, «que dejaron de ser un medio de pago». Aristimuño señala que es muy difícil que la moneda nacional tenga la misma aceptación, una vez que perdió la confianza y el respaldo del país.
Igualmente, el economista prevé una devaluación continua del tipo de cambio, lo que conllevará a una gran volatilidad en el mercado cambiario.
“En Venezuela están circulando aproximadamente unos $2.800 millones de dólares y unos $600 millones de euros”, aseguró Aristimuño refiriéndose a una dolarización ya «irreversible».
El sector privado va a tener una mayor disposición a actuar con importaciones con fondos propios. Esperamos que el poder adquisitivo pueda mejorar un poco reflejándose en una mejora en la demanda de bienes y servicios.
«El 2020 pinta como un año de una mínima recuperación económica, pero sin mostrar indicadores positivos en el resultado final, sino desaceleración de los resultados negativos», expresó.
Estimamos que al gobierno no le va a quedar otra alternativa que permitir que la economía de mercado opere con mayor libertad, con capacidad de acción, puesto que eso lo que va a dar como resultado que el mismo gobierno pueda verse favorecido de esa realidad. Hay que darle al sector privado un rol más importante, y al Estado un papel mucho menos apabullante.
«Lo más importante en el comportamiento de la economía será el rol que va a jugar el gobierno este año», reiteró.
– Ajuste del sector bancario –
A pesar de seguir operando con una continua desaceleración en sus resultados, la banca nacional se ha fortalecido en los últimos años. Al menos así lo sostuvo el economista César Aristimuño, quien señala que la situación del sistema bancario tenderá a ser aún más complicada en 2020; sin embargo estima que por la creciente dolarización de la economía, las instituciones experimentarán un proceso de mutación, apreciado ya en 2019, para adaptarse a esta situación.
El economista señala que el sistema bancario en Venezuela se ha venido ajustando, a causa de su severa disminución, en la constante búsqueda de generar ingresos para soportar su estructura de gastos.
«La banca viene en una tendencia decreciente en beneficios anuales», indicó.
El crédito estuvo casi paralizado durante 2019, con niveles de intermediación financiera muy bajos, por la decisión del Banco Central de Venezuela de mantener un encaje que constriñe la liquidez disponible para otorgar préstamos de manera rentable. La fuente principal de ingresos de la banca (la actividad crediticia) se ha venido a menos, perdiendo cada vez mayor participación en el total de los ingresos del sistema.
«Cada vez más son los servicios conexos los que empiezan a representar mayor participación en el total de los ingresos, pero esa realidad coloca a la banca ante una situación muy complicada, pues estos no son suficientes, lo que ha conllevado a números muy negativos con una continua caída en el crecimiento anualizado de su resultado neto», detalló.
– ¿Cree que la banca dará un giro positivo en 2020?
– Esperamos verla mucho más fortalecida, ya que la banca venezolana ha sido el sector de actividad económica de mayor contracción en los últimos 5 años con casi 90% en la reducción de su tamaño. En 2020, la cifra de facturación de las empresas en el país estará en niveles cercanos al 70% en moneda extranjera. Eso permitirá que la banca se vea obligada a buscar mecanismos para ser un actor clave en este proceso de mediación de pagos, de custodia y de permitir créditos en moneda extranjera.
– ¿Cómo se dará el proceso de mutación?
– Los bancos van a tener que asumir decisiones importantes y aquellos que no lo hagan posiblemente tengan que pagar un costo muy alto. Hay que mirar el entorno económico y adaptarse a él con la finalidad de ofrecer los servicios y el apalancamiento bajo el proceso de cambio monetario que estamos previendo, que se pueda dar con mayor intensidad para el año 2020.
«En ese proceso de mutación, en caso de que el Estado mantenga la decisión de seguir trancando el crédito en moneda nacional, hay que darle caminos distintos para que la banca pueda seguir gestionando ingresos suficientes que permitan la generación de un buen servicio», detalló.
– ¿Qué sugerencia puede dar para enfrentar esta situación?
La banca es el 10% de lo que era hace 5 años atrás. La razón por la cual se sostiene, es porque la banca logró una fuerte capitalización, una fuerte estructura en años anteriores que le han permitido soportar esta contracción. Por eso esperamos que el gobierno haga la lectura adecuada a la realidad financiera del país y permita que el sector bancario venezolano logre el proceso de cambio de su marco legal que le permita operar dentro de la dinámica que requiere para poder soportar su estructura y seguir dando el servicio que tradicionalmente lo ha hecho.
– Sector petrolero –
César Aristimuño, director general de AH&A, también sostuvo que Venezuela dejó de ser un actor fundamental en el sector petrolero internacional.
– ¿Cómo se encuentra el sector petrolero?
– La situación es muy crítica. Todos los indicadores apuntan a que va a ser difícil que Pdvsa recupere más allá de 1 millón de barriles diarios la producción petrolera del país, porque no están dadas las condiciones mínimas. El abandono de los campos petroleros ha sido muy grave. Esperamos que se empiecen a dar cambios dentro de la industria petrolera, con reglas más claras, transparentes, incentivos necesarios y amparadas en un marco jurídico claro que permita la entrada al sector privado.
«Vemos un Estado mucho más débil en el tema petrolero y un sector privado con mayor disposición de acción», expresó.
– A pesar de estos escenarios, ¿se siente usted optimista con el futuro de Venezuela?
– Venezuela es un país con enormes posibilidades y recursos, no solo naturales sino también humanos, lo que nos coloca en una clara posibilidad de lograr el crecimiento necesario para que Venezuela empiece a revertir esos indicadores negativos que ha venido mostrando.
«En 2020, empezaremos a sentir el alivio de lo que significa una economía en crecimiento», subrayó.
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