Los impedimentos para acudir a las unidades de diálisis en todo el país se han generalizado. Pacientes y organizaciones no gubernamentales han denunciado que los cierres de las vías y la escasez de gasolina han sido problemas constantes en lo que va de cuarentena; reseña El Diario.
Francisco Valencia, director de la Coalición de Organizaciones por el Derecho a la Salud y la Vida (Codevida), aseguró que ha recibido llamadas desde diferentes estados del país en los que la circulación ha sido restringida por las medidas dictadas por Nicolás Maduro.
“Como hay poca disponibilidad de máquinas de diálisis en el país, muchos pacientes deben cumplir su tratamiento en una ciudad distinta a la que viven”, explicó el activista de Derechos Humanos.
A pesar de que ya han pasado casi dos semanas desde que se confirmaron los primeros casos de Covid-19 en el país, las irregularidades y preocupaciones de los afectados no han cesado.
“Hemos tenido denuncias de personas con insuficiencia renal que han pasado hasta 8 horas para conseguir gasolina, incluso las ambulancias de uso privado que trasladan a los pacientes, que por su condición no pueden ir solos, han tenido que pagar hasta un dólar por cada litro de gasolina”, expresó Valencia.
El representante de Codevida también calificó de preocupante la escasez de tapabocas y otros implementos de protección que son necesarios para quienes tienen el sistema inmune comprometido.
Valencia exhortó a las autoridades nacionales a aplicar mecanismos para garantizar el tratamiento a los pacientes renales y los representantes de las unidades de diálisis emitir constancias que les permitan a los pacientes el libre tránsito.
– El dilema de los pacientes renales –
Yohelis Céspedes y su hijo Ángel Céspedes, de 13 años de edad, comparten algo más que el apellido y uno que otro rasgo familiar: ambos son pacientes renales y deben recibir hemodiálisis todas las semanas, pues su vida depende de ello.
Cada lunes, miércoles y viernes, sin excepción, Yohelis se levanta a las 2:00 am, hace desayuno, arregla todas sus cosas y sale de su casa ubicada en los Valles del Tuy (estado Miranda) para ir en autobús hasta Caracas, donde ambos reciben sus diálisis.
El pasado lunes 16 de marzo esta rutina fue interrumpida abruptamente debido a que el gobierno de Nicolás Maduro ordenó una cuarentena social, que entre otras cosas, implica restringir el paso entre una y otra cuidad para evitar la propagación del coronavirus de Wuhan.
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