Los decesos por el coronavirus superaron los 31.000 en todo el mundo y la pandemia siguió causando estragos en Italia y España, donde el número de fallecidos volvió a alcanzar un récord el domingo pese al confinamiento decretado.
En las últimas 24 horas 834 personas murieron en España y el total de fallecidos ya supera los 6.500, en tanto se contabilizan 78.000 infectados diagnosticados aunque el número real sería mucho mayor.
El sábado por la noche, el presidente del gobierno, Pedro Sánchez, anunció que los sectores no esenciales deberán paralizar su actividad durante dos semanas para disminuir los riesgos de contagio. El confinamiento de la población estará en vigor al menos hasta el 11 de abril.
“Los responsables públicos debemos dejarnos guiar por los expertos y solo por ellos, dar la cara y combatir el único enemigo que nos amenaza: el virus y sus estragos sanitarios, económicos y sociales”, dijo Sánchez.
Aunque el balance diario de muertos e infectados sea desolador, en términos porcentuales el crecimiento esta en baja desde el miércoles.
«La evolución parece que se ha estabilizado, parece que incluso está empezado a descender», dijo en rueda de prensa Fernando Simón, director del centro de emergencias sanitarias, dependiente del ministerio de Sanidad.
En los hospitales de Madrid, la región más afectada, los profesionales trabajan en condiciones extremas. «Esto es un tsunami», resumía a la AFP Pablo Rodríguez, un radiólogo del madrileño Hospital de la Princesa.
Desde el comienzo de la epidemia se contabilizaron más de 667.090 casos de contagio en 183 países o territorios. En este momento, se calcula que más de 3.300 millones de personas en todo el mundo están confinadas.
– ¿Luz al final del túnel en Italia? –
En Italia, que con más de 10.000 muertos, tiene el mayor número de decesos del mundo, el confinamiento podría estar dando sus primeros resultados.
«En todos los servicios de urgencias se ha reducido (la llegada de pacientes). En algunos es leve, en otros es más pronunciada», afirmó Giulio Gallera, jefe de salud de Lombardía, la región más golpeada.
Este domingo, el Papa se unió a la ONU y pidió una tregua inmediata en todos los conflictos del mundo para proteger a los civiles más vulnerables ante la epidemia del nuevo coronavirus.
Al otro lado del Atlántico, la pandemia avanza a toda velocidad en Estados Unidos con más de 2.000 muertos. Hay además 124.000 casos de contagio contabilizados, de los cuales casi la mitad en el estado de Nueva York. Estados Unidos es hoy el país con mayor número de casos registrados.
Entre los fallecidos hay un bebé, una de las víctimas más jóvenes de esta enfermedad que en teoría no afecta con dureza a los niños.
El presidente estadounidense Donald Trump planeó imponer una cuarentena en los estados de Nueva York y Nueva Jersey, pero desistió y optó por que el Centro para el Control de Enfermedades (CDC), la autoridad nacional de salud, pida «encarecidamente a los residentes de Nueva York, Nueva Jersey y Connecticut que eviten viajes no esenciales durante los próximos 14 días».
También preocupa el aumento de casos en el Reino Unido, donde el primer ministro, Boris Johnson, es uno de los contagiados.
«Creo que todo el mundo debe prepararse a un largo período» de confinamiento, dijo el ministro Michael Gove el domingo. El país registra más de 1.000 muertos y 17.000 casos diagnosticados.
En Francia, donde hay 2.314 muertos, los días más difíciles parecen estar por venir. Ante la falta de plazas en cuidados intensivos, decenas de afectados graves han sido evacuados de la región nororiental hacia otros sectores de Francia o a países fronterizos como Alemania, Suiza y Luxemburgo.
– ‘Sana distancia’-
En Irán, otro de los países especialmente castigados por la pandemia con más de 2.600 fallecidos, las autoridades pidieron a la población que siga quedándose en casa y anunciaron que las restricciones de movimiento que se aplican van a ser prorrogadas.
«Evitar los desplazamientos innecesarios» también es la recomendación del presidente mexicano, Andrés Manuel López Obrador, criticado por su respuesta tardía a la emergencia sanitaria.
«Ahora lo que queremos es que se retiren todos, que estén en sus casas, con sus familias, ayúdennos también a guardar la sana distancia y que haya higiene», pidió para evitar la propagación de la epidemia.
América Latina cuenta con casi 13.000 contagios del virus y más de 260 muertos, según un recuento de la AFP a partir de cifras oficiales.
Paraguay extendió dos semanas el confinamiento de la población, una medida ya aplicada por países como Argentina, Bolivia, Chile, Colombia, El Salvador, Panamá, Perú, Uruguay o Venezuela.
El sábado por la noche, Panamá anunció que dejará pasar al crucero «Zaandam», con cuatro muertos a bordo y dos enfermos por COVID-19, que continuará su ruta hacia Estados Unidos.
«Es muy difícil sostener la salud mental», contó el argentino Dante Leguizamón a la AFP a través de un mensaje de video grabado en su camarote del «Zaandam».
Entretanto en China, kilómetro cero de la pandemia, la situación parece estar bajo control, pero el país teme los casos «importados».
Este domingo, Wuhan, la ciudad donde brotó el patógeno, se seguía sometiendo a severos controles a quien entraba a la ciudad, que progresivamente se reabre al mundo.
“Al principio, teníamos más miedo y pensábamos que quizá estábamos más seguros fuera», explica Han Li, que trabaja en la gestión de los viajeros que vuelven a Wuhan. “Pero ahora ya no tenemos esa impresión».
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