El Senado estadounidense aprobó el miércoles a última hora un plan «histórico» de dos billones de dólares para dar oxígeno a la primera economía del mundo, asfixiada por la pandemia del coronavirus, que ya deja más de 1.000 muertos en el país.
Impulsado por el gobierno de Donald Trump y fruto de largas discusiones entre los senadores y la Casa Blanca, este texto «histórico», según los negociadores, se aprobó con el apoyo de los 96 demócratas y republicanos presentes en la votación.
El plan necesita la aprobación de la Cámara de Representantes, controlada por los demócratas, que votará el viernes, antes de que pueda ser promulgado por el presidente.
«Animo a la Cámara de Representantes a aprobar este texto vital y enviarme el proyecto de ley sin demora para que sea promulgado. Lo firmaré de inmediato», declaró Trump el miércoles en rueda de prensa.
«Necesitamos inyectar este dinero en la economía estadounidense y enviárselo a los trabajadores estadounidenses», dijo el secretario del Tesoro, Steven Mnuchin, líder de la Casa Blanca en las negociaciones con el Congreso.
Este paquete de ayudas contempla la entrega de dinero a los ciudadanos, de hasta 1.200 dólares por adulto y 500 por niño, en aquellos hogares en que los ingresos anuales sean inferiores a 150.000 dólares.
El proyecto aumenta significativamente los beneficios de desempleo, a los que también se podrán acoger los trabajadores independientes, medidas exigidas por los demócratas.
El texto incluye un paquete de alrededor de 500.000 millones de dólares en préstamos para pequeñas empresas, así como para las autoridades estatales y locales afectadas, y casi 30.000 millones en ayudas para el sector aéreo.
El plan de ayuda propone destinar alrededor de 130.000 millones de dólares para hospitales, desbordados por la epidemia.
El paquete de ayuda será la mayor inyección de dinero de emergencia en la economía en la historia de Estados Unidos, más incluso que los rescates financieros de 2008, cuando una crisis financiera mundial hizo que la economía norteamericana cayera en picado.
– Nueva York, epicentro –
Estados Unidos sobrepasó el miércoles el millar de fallecidos por el coronavirus, y el número de casos se acerca a los 70.000, según informó la universidad Johns Hopkins, encargada de llevar el conteo.
De esta manera, Estados Unidos se sitúa como el tercer país con más casos del mundo, por detrás de China e Italia. Y según la OMS, pronto se podría convertir en nuevo epicentro mundial de la pandemia.
Más de la mitad de la población del país está llamada a quedarse en casa, con medidas de confinamiento más o menos estrictas según el estado.
Washington avisó a sus ciudadanos a través de los teléfonos móviles del cierre de servicios no esenciales (gimnasios, peluquerías, tiendas …) desde el miércoles por la noche hasta el 24 de abril.
Miami, donde la semana pasada las playas aún estaban abarrotadas, obligó el martes a sus 470.000 residentes a no salir. Las calles estaban vacías y la costa cerró el miércoles.
«Puede sonar extraño, pero estaba esperando este momento», dijo a la AFP Rosa Jiménez-Cano, residente de 39 años. «Esta medida es necesaria».
Centro cultural y económico del país, el estado de Nueva York, es el más golpeado por el coronavirus, aunque las medidas de distanciamiento social y confinamiento parecen haber frenado la propagación de la epidemia, afirmó el gobernador Andrew Cuomo.
«Las flechas apuntan en la dirección correcta», indicó en referencia a la ralentización del aumento de casos.
Pero el pico de la epidemia se espera para dentro de tres semanas, agregó.
El gobernador de este estado de casi 20 millones de habitantes exige equipos médicos del gobierno federal, incluidos miles de respiradores.
Los cerca de 3.000 millones de dólares destinados al estado de Nueva York por el plan de emergencia federal para esta crisis son «una gota de agua en el océano», dijo Cuomo, ya que estima que serán necesarios 15.000 millones.
– «Grave recesión» –
Trump ya ha mostrado su voluntad de que el país vuelva a trabajar para reiniciar la máquina a pesar de las reservas de muchos científicos y funcionarios locales.
El multimillonario republicano centra toda su campaña de reelección en la buena salud de la economía estadounidense.
Una «recesión o depresión grave» podría matar a más personas que la epidemia, dijo el martes. Y lanzó el 12 de abril, el domingo de Pascua, como fecha para retomar la actividad económica en parte del país.
«La gente real quiere volver a trabajar lo antes posible», dijo en Twitter el miércoles, acusando a los principales medios de ser «la fuerza dominante que intenta obligarlo a mantener el país cerrado el mayor tiempo posible con la esperanza de que esto perjudique (su) reelección «.
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