Llamó al presidente de Estados Unidos, Donald Trump, «miserable», acusó a la Administración para el Control de Drogas de Estados Unidos (DEA) de ser la organizadora de los planes conspirativos en su contra; sin embargo, el presidente Nicolás Maduro insistió en instalar, durante las próximas 48 horas, una mesa de diálogo nacional con sectores de la oposición para abordar las acciones a tomar sobre la situación que vive el país por la pandemia coronavirus (Covid-19).
Este jueves 26, el gobierno madurista oficializó un fallecido por la epidemia y 107 casos confirmados.
«Quiero diálogo en las circunstancias que sean, hoy más que nunca para ponernos de acuerdo y proteger a nuestro país entre todas y todos. Pongamos las diferencias de lado, yo seguiré insistiendo a pesar de que ustedes quieran matarme», sostuvo el gobernante.
El juego político de Maduro es claro: aprovechar la coyuntura crítica del coronavirus para consolidar su liderazgo, pero su estrategia tiene una amenaza fundamental: que la pandemia se salga de control en Venezuela, porque los recursos que existen para atenderla, más allá del discurso autosuficiente de su administración, son extremadamente limitados.
Aunque dijo saber desde hace tiempo sobre los supuestos planes conspirativos prohijados, según denunció, por el gobierno de Donald Trump acudió formalmente al FMI y, según ha trascendido, sigue buscando mecanismos para abrir un canal de comunicación que alivie las tensiones con la Casa Blanca; algo que ahora luce prácticamente imposible cuando la administración de justicia estadounidense le ha imputado graves delitos y puso un precio de US$15 millones a su detención, una de las recompensas más altas de la historia de Estados Unidos.
– ¿Ruptura? –
El politólogo John Magdaleno escribió en un grupo en redes sociales que, en su opinión, lo que busca esta nueva «vuelta de tuerca» en la hostilidad de la administración Trump contra Maduro es estimular una fractura rápida en la «coalición dominante». Aunque dijo que los resultados de esta táctica son impredecibles adelantó que una salida desde el chavismo no garantiza una transición a la democracia.
«Una subcoalición chavista distinta en el poder, respaldada mucho más visiblemente por militares, plantea serias interrogantes en torno a las perspectivas de una democratización en el futuro inmediato de Venezuela. Es muy prematuro para saber si la jugada funcionará o no. Si el oficialismo juega racionalmente, procurarán cohesionarse», advirtió en su análisis rápido de la coyuntura el politólogo.
Magdaleno es un estudioso de las transiciones políticas. En su opinión, estos anuncios en medio de una pandemia como la del COVID-19 pueden obedecer a dos hipótesis: anticiparse a una posible pérdida de liderazgo de Trump en un contexto electoral y el difícil manejo de una crisis sanitaria que puede ser letal, y la segunda sería aprovechar la posición de extrema vulnerabilidad, sobre todo financiera, que exhibe la revolución chavista.
– Mensaje personalizado –
No obstante, el gobernante indicó que se le envío a todos los dirigentes de la oposición un mensaje personalizado, a través del ministro de Comunicación e Información, Jorge Rodríguez.
«Estoy listo para reunirme. hagan contacto con el Nuncio Apostólico del Papa Francisco en Venezuela y pídanle prestada la Nunciatura para promover en la próximas 48 horas un encuentro político por la paz, para atender el tema del coronavirus entre el G-4, la oposición venezolana y los líderes de la Revolución Bolivariana», expresó desde el Palacio de Miraflores, en Caracas, según la agencia gubernamental AVN.
«Estoy listo. En las circunstancias que sea. Quiero dialogo. Hoy más que nunca para proteger a nuestro país. Pongamos las diferencias de un lado», agregó el Mandatario Nacional.
En este sentido, reiteró la invita a los «derechistas» Henrique Capriles Radonski, Henry Ramos Allup, Manuel Rosales, y a todos los dirigentes de estos sectores a sentarse en una mesa para preservar la salud ante la pandemia, que ya registra más de 500.000 casos a escala mundial y más de 23.000 fallecidos.
Sin embargo, parece que Juan Guaidó y su partido, Voluntad Popular, no están invitados a la mesa que Maduro quiere montar en la Nunciatura Apostólica; de hecho, denunció que la embajada de España es usada por Leopoldo López, el máximo líder de VP, para tramar planes conspirativos.
– Los cargos de EEUU ayudarán a liberar al país –
Pasando por alto los señalamientos de Cliver Alcalá Cordones en Colombia, quien señala que Guaidó y su principal asesor político J.J. Rendón conocían presuntamente la adquisición de armamento, el presidente de la Asamblea Nacional y mandatario interino para 50 países, emitió un comunicado donde respalda las acciones de Estados Unidos.
Luego de ponderar las imputaciones contra Maduro y otros funcionarios y dirigentes de su gobierno como un producto de una acción independiente del Poder Judicial estadounidense, gracias a la separación de poderes, Guaidó dijo confiar «en que los cargos presentados contra los miembros del régimen estén bien fundamentados y ayudarán a liberar al país del sistema criminal que ha secuestrado a nuestro pueblo por tantos años».
Guaidó ahora también es investigado por el presunto delito de golpe de Estado, una averiguación por «noticia criminis» ordenada por el fiscal Tarek William Saab sobre las declaraciones públicas de Alcalá Cordones.
Comparó a los acusados con personajes como Osama Bin Laden, Pablo Escobar o el «Chapo» Guzmán. Acusó al gobierno chavista de ser responsable de la mayor crisis humanitaria en la historia de la región.
«Ya nadie puede tener dudas, no hay posibilidad de conseguir el auxilio financiero internacional que necesita el país ante la destrucción y la pandemia mientras el cartel de Maduro esté en Miraflores», afirmó.
Guaidó prometió que aumentará la presión para sacar del poder y desmantelar al «Estado Usurpador Criminal» e, igualmente, ratificó su disposición a seguir articulando ayuda humanitaria internacional.
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