La crisis del coronavirus complica los escenarios para Venezuela en un año que ya lucía complicado antes que llegara la pandemia. El consenso de los analistas es que la administración de Nicolás Maduro no cuenta con las capacidades financieras necesarias para enfrentar los impactos que shock global histórico y que ha paralizado una parte sustantiva de la economía mundial.
José Manuel Puente advirtió en entrevista con Unión Radio que el regreso a una situación de hiperinflación severa es inevitable, porque el único mecanismo para mantener en pie lo que hay de economía es expandir la emisión monetaria en niveles no vistos en el último año y medio.
A su juicio, las disposiciones anunciadas por Maduro, en lugar de enfrentar el ciclo negativo lo pueden profundizar, porque son potencialmente recesivas. El criterio del profesor del IESA es que el gobierno chavista pretende descargar sobre un sector privado, que ya ha padecido seis años de recesión, el costo de gestionar la crisis. No hay estímulos reales ni efectivos, apunta.
Puente señala que el impacto del coronavirus sobre los precios petroleros es una tragedia para Venezuela. «Este es un país petrolero que durante la bonanza petrolera recibió 977.000 millones de dólares en ingresos. Si hubiera ahorrado siquiera la mitad, hoy tendría la capacidad de desarrollar un plan de estímulo con expansión fiscal, que es lo que están haciendo el resto de los gobiernos del mundo; pero Maduro no puede».
El economista puso el ejemplo de Noruega, «que tiene menos petróleo que Venezuela», que tiene un fondo de estabilización con 1 billón de euros. Ese país sí puede apoyar a su sector productivo y enfrentar la contigencia humanitaria, pero Venezuela está al borde un de colapso de su sector externo, sin poder acudir realmente a financiamiento externo.
El inventario de malas decisiones que pueden pasar factura en este etapa es abrumador. Solo en lo financiero conviene apuntar, indica Puente, que el país tiene más de 25.000 millones de deuda en bonos sin pagar y un stock de deuda no refinanciable, por ahora, de alrededor de 130.000 millones, mientras que sus potenciales contribuyentes, Rusia y China, enfrentan sus propios problemas.
– Oliveros: se afectarán las remesas –
Por su parte, el economista y director de Ecoanalítica, Asdrúbal Oliveros, ratifica la gravedad del estado del flujo de caja del gobierno, con la estimación de que sus ingresos se han reducido entre 65% y 70%, según señaló en entrevista con el periodista Román Lozinsky en Unión Radio.
Advierte, además, que la recesión global va a afectar la llegada de remesas al país, cuyo impacto neto sobre el consumo se había estimado en 4.000 millones de dólares para este año, pero es posible que la pérdida de empleos, especialmente en la región, impacte severamente a los migrantes venezolanos, quienes trabajan generalmente en fuentes muy precarias.
Por otra parte, señaló que si el gobierno hubiera reducido progresivamente el encaje bancario, en lugar de decretar una moratoria de seis meses para la cartera comercial hubiera logrado un impacto más eficiente sobre los flujos de caja de las empresas, con menos daño para la economía.
Según los datos de Oliveros, la banca compromete hasta 90% de las captaciones por concepto de encaje, por lo que obligar a no cobrar capital e intereses sobre el 10% que sí intermedia es una «estocada mortal» para una banca que ya viene muy comprometida por la crisis económica que arrastra el país.
Igualmente, el economista considera que una tregua fiscal, en ausencia de un programa de estímulo monetario, hubiera sido más eficiente que la moratoria financiera para dinamizar el suministro de bienes y servicios, sin los costos fiscales e hiperinflacionarios de las medidas adoptadas.
Oliveros expresó preocupación por los trabajadores informales que, en este momento, están viendo mermados sus ingresos por la cuarentena, ya que no tienen capacidad de ajuste para enfrentar una paralización prolongada de actividades. Lo mismo aplica para las Pymes.
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