Así como parece haberse extinguido –nunca se sabe en Venezuela- la era del rentismo petrolero, también pareciera estar terminando el monopolio financiero de la banca como gran prestamista de la economía pública y privada en Venezuela.
Al igual que ocurrió con la renta petrolera, fueron medidas del gobierno nacional las que colocaron al sistema bancario en una situación realmente precaria, al cortar de manera draconiana su capacidad para intermediar créditos.
Más allá de insistir en el análisis de por qué la banca no puede cumplir su rol fundamental de asegurar el crédito para que la economía crezca y se dinamice el consumo, es importante señalar que las empresas no financieras que sobreviven en el mercado nacional han encontrado caminos, algunos creativos y de alto riesgo, para conseguir financiarse.
En términos de competencia real para la banca, hoy reducida a su mínima expresión, el mercado de valores se ha convertido en una opción válida, factible, a pesar –todo hay que decirlo- de su ínfimo tamaño relativo y escasa profundidad.
El hecho de que Ron Santa Teresa haya emitido exitosamente 1.500.000 acciones clase B, colocadas en su totalidad, y que empresas como Coca-Cola Femsa, una de las mayores multinacionales que quedan en el país, haya decidido emitir papeles comerciales en el mercado local significan elementos reveladores.
En todo caso, está muy claro que las empresas deben buscar otros mecanismos de financiamiento más estables, porque todos los escenarios de política que manejamos indican que la restricción del crédito bancario llegó para quedarse, al menos por buena parte de 2020, porque es el componente clave de la estrategia de contención de la inflación y la devaluación, que ha venido siendo usada por el gobierno.
En el Informe Privado de Aristimuño Herrera & Asociados de esta semana analizamos por qué el financiamiento, especialmente de capital de trabajo, se convertirá en uno de los mayores, sino en el mayor, reto de las empresas venezolanos, puesto que el panorama no apunta a una recuperación del crédito bancario.
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