Leyendo el ensayo del historiador José A. Olivar, escrito en 2017, titulado La Industria de la Construcción como Motor Auxiliar del Crecimiento Económico Durante la Dictadura Militar de 1948-1958, me encontré con un dato que me pareció importante. El nivel salarial del año 1957 era elevado en aquella Venezuela que experimentaba un auge económico.
Efectivamente, según el escrito, el salario promedio diario de la construcción era Bs 20, lo que equivalía a US$ 6 diarios, en tanto que un trabajador de la industria de alimentos devengaba ese año Bs 12 diariamente, es decir US$ 3,5.
Fueron esos salarios, entre otros elementos, los que propiciaron un flujo migratorio hacia Venezuela, que hizo que el país se llenara de artesanos, obreros calificados y potenciales empresarios venidos de una Europa destrozada por la Segunda Guerra Mundial.
A partir de 1940 los salarios en Venezuela fueron aumentando sostenidamente como expresión de una renta petrolera en ascenso y un país en franco crecimiento. Para aquellos años ´40 y ´50 del siglo XX, el dólar se cotizaba en Bs 3,09. Tenía Venezuela una de las monedas más fuertes y estables del mundo.
El 26 de junio de 2020, el dólar costó Bs 211.870. Si le agregamos los ocho ceros que le fueron removidos con las dos reconversiones monetarias de 1998 y 2008, ese día un dólar equivaldría a Bs 21.187.000.000.000 (veintiún billones ciento ochenta y siete mil millones). Ello sugiere que el bolívar como moneda es una pieza inservible.
Las políticas socialistas de Chávez y Maduro tornaron al bolívar un objeto de arqueología. Como resultado de esas políticas destructivas, los salarios del sector público, principalmente, están pulverizados. Ese día el salario mínimo se tradujo en US$ 1,88 mensuales. En otras palabras, en términos nominales los trabajadores venezolanos en 2020 ganan significativamente menos que lo que devengaban sus abuelos cuando la dictadura de Pérez Jiménez.
De esto no hablan los voceros y escribas estipendiados de la dictadura. Sus discursos, siguiendo el guion cubano, consisten siempre en buscar un enemigo externo para justificar la destrucción de una nación que ellos recibieron en 1999 para ser gobernada con la esperanza de cambio, lo que resultó en un fracaso monumental, como el que está a la vista.
El socialismo ha producido en Venezuela una de las mayores confiscaciones de riqueza que se haya conocido en la historia universal. Cuando el tiempo decante y la historia, cual escenógrafo, ponga las cosas en su lugar, se podrá apreciar en toda su dimensión el daño causado a un pueblo y también se conocerá y quedarán registrados los nombres que gestaron semejante tragedia, por acción u omisión.
El salario en la materialización del esfuerzo del trabajo, del desgaste de la vida del trabajador consumida y convertida en objetos para el disfrute o la inversión. Pero también es la compensación que el trabajador recibe cuando con sus luchas ha logrado una remuneración acorde con su esfuerzo. Con todo eso acabó el socialismo.
* El autor es diputado en la Asamblea Nacional, economista, ex gerente del Banco Central de Venezuela, profesor universitario y ex director de la Escuela de Economía de la UCV.
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