El gasto de los consumidores en Estados Unidos, que supone dos tercios de la actividad económica total, creció un 8,2% en mayo, tras las abruptas caídas de marzo y abril, a medida que el país avanzó en la reapertura económica e impulsado por el estímulo fiscal en medio de la crisis provocada por la pandemia del coronavirus.
El rebote de mayo se produce tras las agudas caídas de marzo (-6,6%) y de abril (-12,6%), aunque fue inferior al 10% estimado por los analistas.
Pese al repunte, el indicador de ingresos personales cayó un 4,2% el pasado mes, a medida que los subsidios a los desempleados y el alivio financiero federal ha comenzado a diluirse.
El Gobierno del presidente estadounidense, Donald Trump, ha reconocido que planea un segundo paquete de estímulo fiscal ante la prolongación de la crisis y el fin en julio de la mayor parte de los programas del primero.
La actividad económica en el país se paralizó a mediados de marzo durante casi dos meses por las medidas de confinamiento y las restricciones de movilidad para contener la expansión del virus, que ha dejado más de 2,3 millones de contagios confirmados y 120.000 muertos por la COVID-19.
La pandemia obligó entonces a miles de empresas en el país a cerrar o restringir severamente sus actividades para frenar la propagación del virus, lo que llevó el índice de empleo del 3,5 % a comienzos de año al 14,7 % en abril, aunque en mayo se redujo levemente al 13,3 %.
Esta situación provocó el desplome del PIB más grande desde la Gran Recesión, hace más de una década, en el primer trimestre, con una caída del 5 % en términos anuales.
La reapertura parcial de la actividad económica en el país ha mejorado los niveles de contrataciones, pero el registro de un máximo número de casos en varios estados del sur y el oeste del país en los últimos días puede provocar que las autoridades fortalezcan las medidas de prevención.
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