La aerolínea italiana Alitalia y sus trabajadores han llegado a un acuerdo que mantiene en vigor el convenio colectivo nacional y establece que las negociaciones para su renovación se produzcan después de que la compañía presente su plan industrial.
El pacto pone fin así a días de protestas que derivaron el jueves pasado en una huelga que obligó a la empresa italiana a suspender 60% de los vuelos programados, tanto nacionales como internacionales.
El acuerdo fue suscrito a última hora del viernes por la dirección de la aerolínea y por todos los sindicatos confederados y asociaciones profesionales, y confirma la validez del convenio colectivo nacional, cuya vigencia concluyó en diciembre de 2016.
También establece que las negociaciones para su renovación tengan lugar después de la presentación del plan industrial de la compañía, prevista para los próximos días.
Estas conversaciones deberán concluirse antes del 31 de mayo.
El acuerdo ha satisfecho a todas las partes, empezando por el propio Gobierno, que en los últimos días había tratado de mediar entre los sindicatos y la aerolínea, y había apostado por establecer una mesa de negociación que solucionara la situación.
“El acuerdo alcanzado es un paso hacia delante para crear un clima constructivo y útil que afrontar en las próximas semanas”, dijo el ministro de Desarrollo Económico, Carlo Calenda.
También a los sindicatos, que consideran que el acuerdo “paraliza las decisiones unilaterales por parte de la empresa” y demuestra que “el impulso de Alitalia solo puede producirse con la participación de todos”, señala el sindicato Filt Cgil en un comunicado.
Y finalmente a la propia dirección, que en los últimos días ha reiterado la necesidad de llegar a un acuerdo “para garantizar a Alitalia la sostenibilidad y la competitividad a largo plazo”.
El pasado jueves, los trabajadores de Alitalia secundaron una huelga en protesta por el plan de saneamiento de la aerolínea, participada desde 2014 por la compañía de los Emiratos Árabes Etihad.
Según sus protestas, el plan contemplaba, entre otras cosas, la sustitución de forma unilateral por parte de la compañía del convenio colectivo nacional por otro desarrollado por la empresa, que conllevaría una rebaja de los sueldos y una mayor precariedad laboral.
Además, se sumaría a los despidos que tiene previsto ejecutar Alitalia con el objetivo de reducir sus pérdidas.
Alitalia arrastra desde hace años problemas financieros y en 2009 llegó a estar al borde de la bancarrota, aunque fue salvada por un grupo de unos veinte inversores privados italianos y Air France-KLM.
En diciembre de 2013, anunció un aumento de capital de 300 millones de euros y en julio de 2014 llegó a un acuerdo de compra con Etihad, por el que la compañía emiratí inyectaba en Alitalia cerca de 560 millones de euros (762.4 millones dólares) y se hacía con 49% de la italiana.
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