Países signatarios del Tratado Interamericano de Asistencia Recíproca (TIAR) preparan listas de allegados del gobierno de Nicolás Maduro que puedan ser objeto de sanciones, dijo el martes en Washington un alto representante de la oposición venezolana.
Julio Borges, comisionado para Relaciones Exteriores del líder opositor venezolano Juan Guaidó, dijo que una comisión técnica en el marco del TIAR empezó esta semana a determinar qué personas relacionadas con Maduro podrían ser sancionadas por violaciones de los derechos humanos, corrupción y blanqueo de capitales.
«Sobre estas tres áreas se están construyendo estos listados para por primera vez lograr sanciones concretas a nivel latinoamericano. Es un enorme paso que va a poner enorme presión» al gobierno de Maduro, dijo Borges a periodistas.
Estas recomendaciones serán elevadas a la próxima reunión de cancilleres de los países signatarios del TIAR, prevista para la primera semana de diciembre, «para que se puedan decidir de manera vinculante las medidas» a tomar, agregó.
Borges no detalló ni nombres ni extensión de estos listados preliminares.
El 23 de septiembre, 16 de los 19 países miembros del pacto de defensa TIAR resolvieron identificar a personas y entidades asociadas al gobierno de Maduro involucradas en actividades ilícitas y vinculadas a redes de delincuencia organizada transnacional.
La iniciativa, promovida por Estados Unidos, fue también aprobada por Argentina, Bahamas, Brasil, Chile, Colombia, Costa Rica, República Dominicana, El Salvador, Guatemala, Haití, Honduras, Panamá, Paraguay, Perú y Venezuela, representada por delegados de Guaidó. Uruguay votó en contra, Trinidad y Tobago se abstuvo y Cuba estuvo ausente.
Estados Unidos, que encabeza la campaña internacional para sacar del poder a Maduro, cuyo gobierno considera «una dictadura», ya impuso medidas punitivas contra más de un centenar de funcionarios y exfuncionarios de Venezuela, incluido Maduro, y más de 80 entidades.
Más presión de EEUU
Borges habló con periodistas tras reunirse en el Departamento de Estado con el representante especial de Estados Unidos para Venezuela, Elliott Abrams, y con el principal diplomático estadounidense para América Latina, el subsecretario de Estado para Asuntos del Hemisferio Occidental, Michael Kozak.
El objetivo de la visita de Borges, quien el martes se reunió con miembros del Comité de Relaciones Exteriores del Senado y el miércoles prevé hacerlo con integrantes de la Cámara de Representantes, es pedir a Estados Unidos que ejerza mayor presión contra Venezuela y Cuba, dijeron a AFP fuentes diplomáticas.
Borges insistió el martes en que Caracas y La Habana ya no son una «amenaza» de desestabilización regional, sino una «realidad», que tiene su origen «muy claro» en la reunión de julio en Caracas del Foro de Sao Paolo, que reúne a grupos y partidos de izquierda.
«Cuba ha tenido siempre la obsesión por tener el control de Venezuela y lo que toca ahora es América. A no llamarse a engaño (…) es una realidad donde está metido hasta el cuello Nicolás Maduro y La Habana», dijo sobre su papel en los recientes estallidos sociales en Latinoamérica.
La secretaría general de la Organización de los Estados Americanos (OEA), encabezada por Luis Almagro, denunció la semana pasada lo que describió como un «patrón» de desestabilización de Venezuela y Cuba en los países latinoamericanos, primero en Colombia y Ecuador y luego también en Chile.
Medio centener de países reconocen a Guaidó como presidente interino de Venezuela y apoyan sus esfuerzos para propiciar la salida de Maduro, cuyo mandato consideran resultado de elecciones fraudulentas, y organizar nuevos comicios.
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