La historia del petróleo parece estar condenada a repetirse: tal y como ha ocurrido una y otra vez durante los últimos dos años, todo apunta a que la Organización de Países Exportadores de Petróleo -OPEP- no llegará a un punto en común en su encuentro de este miércoles, una reunión extraoficial en Argelia en la que participarán los miembros y otros países productores.
El tema a tratar lleva repitiéndose y sometiéndose a debate entre los vendedores de crudo desde noviembre de 2014: ¿hay que recortar la producción para intentar equilibrar el mercado e impulsar el precio del petróleo?
Si bien a estos países les causan problemas los bajos precios, nadie quiere responsabilizarse de recortar la extracción, algo que ha hecho que las reuniones de la OPEP de los últimos años no hayan sido efectivas en impulsar la cotización del crudo: desde Nomura explican que “los encuentros de la Organización han hecho poco para acabar con la tendencia bajista en los precios del petróleo”.
El foco está puesto ahora en Arabia Saudí e Irán, que han representado durante los últimos meses la falta de unión que reina en la OPEP.
Los dos países tienen muy clara su postura: Arabia Saudí, el mayor productor de crudo de la OPEP, y que compite con Rusia y EEUU como el primero del mundo, exige que toda la Organización participe en el recorte si se va a llevar a cabo.
Mientras, Irán se niega a hacerlo hasta que vuelva a conseguir producir 4 millones de barriles diarios, cerca de un 10% más de su nivel actual. Las últimas palabras de Bijan Zanganeh, ministro de petróleo de Irán, dejan claro que su postura no ha cambiado, ya que explicó ayer que no está en su agenda “alcanzar un acuerdo durante estos días”.
Tomás García-Purriños, gestor de Morabanc, explica que “es complicado que la reunión acabe en un acuerdo estable. No vemos probable un compromiso de Irán hasta que no alcance los niveles previos a las sanciones, algo que, por otro lado, parece complicado sin un aumento de la inversión”.
Además, tampoco hay que olvidar la rivalidad política y religiosa que mantienen Arabia Saudí e Irán. El experto destaca sobre esto que “el acuerdo excede esta reunión y depende fundamentalmente de factores políticos, donde es complicado encontrar una solución”.
Qué esperar de los precios
Nadie cede y este es el gran escollo que impide que la OPEP contribuya a equilibrar el mercado de oro negro, algo que sí están haciendo algunos productores ajenos a la institución, como Estados Unidos. De hecho, gracias al avance de la demanda y al frenazo en el ritmo de producción global, el crudo Brent consigue rebotar más de un 65 por ciento desde los mínimos del año y ahora se mueve en el entorno de los 50 dólares por barril, impulsado por algunas previsiones que ya en abril apuntaban al final de la sobreoferta antes de acabar el año -la Agencia Internacional de la Energía espera ahora que tarde un poco más en terminar y ocurra en la primera mitad de 2017-.
Nomura destaca que, si bien la OPEP ha tenido poco efecto en los precios con sus reuniones durante los últimos dos años, sí que se apreciaba un efecto en el aumento de las posiciones alcistas sobre futuros, que, eso sí, no terminaba contagiándose a los precios. Ahora bien, explica que en esta ocasión podría ser diferente, ya que “la correlación entre estas posiciones largas y el precio se está recuperando hasta niveles más normalizados, algo que podría tener un impacto más fuerte que en años pasados para el precio del crudo”. Los expertos encuestados por Bloomberg esperan que se mantenga estable en los precios actuales hasta final de año y aguantará entre 50 y 60 dólares en 2017.
Desde ETF Securities opinan que “el crudo seguirá entre los 40 y 55 dólares, ya que la reunión de la OPEP contribuirá poco a cambiar el equilibrio del mercado”.
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