El consejero delegado de Royal Dutch Shell, Ben Van Beurden, ha advertido que la petrolera tiene asumido que los precios del petróleo no volverán a los niveles de 2014 y que tiene que adaptarse a una cotización de 50 dólares. El directivo reconoce que el futuro de los combustibles pasará a mejor vida al indicar que su próximo vehículo será un auto eléctrico.
La mayor petrolera de Europa ha aceptado que el mundo de la energía no volverá a tener un petróleo a 100 dólares el barril. La compañía ha diseñado una estrategia de futuro con el precio a 50 dólares “para siempre”.
Van Beurden dijo en una entrevista a Bloomberg tras la presentación de resultados, que “la petrolera necesita seguir reinventándose”. Las previsiones de la compañía es que el tope máximo de demanda de combustibles fósiles se alcance en 2030, “si la política y la innovación lo permite”.
El axioma que dominaba el futuro del petróleo se ha roto. Se pensaba que no iba haber crudo suficiente en el mundo para cubrir la demanda futura. Ahora la perspectiva es que a largo plazo el petróleo pasará a un segundo plano como fuente principal de energía. Del denominado peak oil, al peak demand (pico de la demanda, que no crecerá)
Auto eléctrico para las petroleras
El auge de los vehículos eléctricos y otros modelos con energías alternativas, la conciencia sobre la gravedad del cambio climático y la desaceleración de la demanda de los países emergentes están detrás de este cambio de paradigma.
El cambio se ha producido hasta el punto que el propio Van Beurden reconoció que su próximo vehículo será un auto eléctrico. En dos décadas, los vehículos tradicionales se verán relegados por los eléctricos, una vez que las baterías consigan abaratarse y ofrecer mayor autonomía.
Según Bloomberg, los vehículos eléctricos supondrán un tercio de la flota automovilística mundial en 2040, reduciendo la demanda de petróleo en 8 millones de barriles al día. Shell se está intentando anticipar a la situación con la creación de una división de Nuevas Energías que contará una inversión de hasta 1.000 millones de dólares.
La petrolera trabaja en combustibles de hidrógeno y biocombustibles para el transporte aéreo y marítimo, para amortiguar el impacto que supondrá el auto eléctrico. Royal Dutch Shell invirtió 54.000 millones en BG Group para crecer gas natural.
El Reino Unido anunció el lunes que prohibirá las ventas de automóviles alimentados con gasóleo y gasolina para 2040, dos semanas después de que Francia anunciara un plan similar. El fabricante de automóviles Volvo AB dijo este mes que sólo fabricará vehículos eléctricos o híbridos a partir de 2019.
Sin embargo, otros directivos de la industria petrolera defienden que la expansión del auto eléctrico está basada en subvenciones y todavía es una tecnología inmadura. El presidente de Repsol, Antonio Brufau, insiste en alternativas como el gas natural o bioetanol.
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