Meses después de señalar que Janet Yellen, presidenta de la Reserva Federal (Fed), debería estar “avergonzada de sí misma” por actuar de manera “política”, el presidente estadounidense, Donald Trump, afirmó esta semana que podría mantenerla al frente del banco central en 2018.
“Absolutamente, (Yellen) está entre los candidatos. Me gusta, me gusta su actitud, creo que ha hecho un buen trabajo”, dijo Trump en una entrevista en el diario Wall Street Journal.
El mandatario, que se ha definido a sí mismo como “el rey de la deuda”, agregó que le “gustaría que los tipos de interés se mantengan bajos” y “ella ha sido históricamente una persona de bajos tipos de interés”.
Yellen concluye su mandato al frente de la Fed en febrero de 2018 y corresponde al presidente decidir quién estará al frente del todopoderoso banco central estadounidense los siguientes cinco años.
Quedan atrás, pues, las duras críticas durante la campaña electoral de Trump a la primera mujer al frente de la Reserva Federal en sus más de cien años de historia, en las que aseguró que debería estar “avergonzada de sí misma” por actuar de manera “política” para proteger los “intereses” del expresidente Barack Obama y crear “una burbuja financiera”.
“Lo más probable es que (de ganar las elecciones) la reemplace”, sostuvo el entonces candidato republicano a mediados de 2016.
En los primeros seis meses de Trump como presidente, la Fed ha elevado los tipos de interés en dos ocasiones, aunque ha apuntado que el previsto ajuste monetario podría ralentizarse ante la persistente baja inflación y la débil actividad económica en el inicio del año.
Por su lado, la actual presidenta de la Fed, de 70 años, ha evitado entrar en la polémica y se ha limitado a comentar que “las cuestiones políticas no se discuten en las reuniones” del organismo y recalcar que es “una firme creyente en la independencia de la Fed”.
De designar de nuevo a Yellen para el cargo, Trump mantendría la costumbre de la Casa Blanca de optar por la continuidad al frente de la institución como un mensaje de estabilidad, algo que ocurrió en el caso de sus predecesores Paul Volcker, Alan Greenspan y Ben Bernanke.
Todos ellos fueron confirmados en el cargo pese al cambio de Gobierno y haber sido nominados originalmente por presidentes del partido político opuesto.
Trump, no obstante, dejó la puerta abierta al asegurar que otro de los nombres que baraja para el cargo es Gary Cohn, de 56 años y actual presidente del consejo de asesores económicos de la Casa Blanca.
Aunque la hemeroteca no miente y deja claro el recelo previo de Trump respecto a Yellen, los expertos consideran que no debería ser una gran sorpresa que la mantuviese en el puesto, dado que no es lo mismo ser candidato que presidente, ya que las prioridades y objetivos cambian.
“Incluso un neófito en política monetaria como nuestro presidente está aprendiendo rápidamente que cualquier alternativa a Yellen probablemente impulsará una política menos cauta, más rápida y agresiva de ajuste monetario que podría hacer peligrar su promesa de crecimiento económico y elevar los costes de sus planes potenciales de gasto”, indicó Douglas Rediker, investigador del centro de estudios Brookings.
Los economistas coinciden en que el multimillonario plan de estímulo fiscal de Trump, mediante recorte de impuestos e inversión en infraestructura, solo podría ser sustentado con un contexto de bajos tipos de interés que permitan un coste de financiación asequible y no dispare la ya abultada deuda del país.
Rediker recalcó que “vista a través de este prisma” la hipotética renovación de Yellen al frente de la Fed “no es para nada chocante”.
La decisión definitiva, no obstante, tendrá que esperar unos meses, ya que Trump ha indicado que no espera tomar una decisión hasta finales de año.
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