La volatilidad de las discusiones del acontecer nacional es tan cambiante como la cotizaciones diarias de las criptomonedas. En menos de un mes las discusiones pasaron de la problemática de la distribución del pernil a si el petro es o no es una criptomoneda. De igual forma los precios del bitcoins pasaron de 20.000 dólares hasta unos 11.000 dólares, en un lapso inferioir a un mes.
Por un lado están los economistas y la oposición venezolana declarando lo anónimo de las criptomonedas, lo inconstitucional de respaldar el petro con reservas petroleras y la apuesta a que el petro será una emisión pública de un bono de la República.
Por el otro lado está el gobierno nacional hablando de la transparencia del blockchain, alegando lo seudónimas de estas, y la libertad que generan para la construcción de un nuevo sistema financiero mundial.
Algo es indiscutible: la tecnología digital es binaria, construida por 0 y 1, lo cual hace imposible disfrazar un teléfono inalámbrico convencional en un teléfono celular 4G. Igualmente es imposible disfrazar un bono de la deuda en una criptomoneda.
El gobierno se prepara para lanzar la primera ICO (Initial Coin Offering) con sello nacional, el White Paper del petro está escrito y en medio de la volatilidad de la dinámica nacional los únicos que realmente aprueben o desaprueben la idea de que el petro sea una criptomoneda, serán los inversionistas del ecosistema blockchain. Falta pocos días para dilucidar la respuesta a la pregunta de nuestro título y verificar si los commodities pasarán a ser parte del dinero digital.
* Presidente de la Asociación Nacional de Criptomonedas
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