Las acciones de Petrobras se hundían un 9 por ciento el lunes luego de que el Gobierno brasileño ofreció nuevos subsidios al combustible y modificó la política de fijación de precios de la petrolera, tratando de dar fin a una huelga de camioneros que ha paralizado fábricas y generado escasez de alimentos.
Como resultado de los recortes de impuestos y subsidios anunciados por el presidente Michel Temer el domingo, los precios del diésel en Brasil bajarán 0,46 reales por litro. Sin embargo, para no violar las leyes del presupuesto, el Congreso tendría que aprobar varias medidas tributarias, tarea enorme antes de las elecciones de octubre.
Esas medidas son las más recientes concesiones de Temer a los camioneros, cuya huelga cuenta con apoyo popular pese a que ha alterado gravemente el flujo de alimentos, combustible y exportaciones claves en la economía más grande de América Latina.
Tras un período inicial de 60 días de precios congelados, Petrobras empezará a ajustarlos mensualmente desde su actual política de cambios diarios. La empresa dijo que el Gobierno había acordado compensarla por cualquier pérdida pero sus papeles se hundieron a un mínimo de cuatro meses.
El lunes, el ministro de Hacienda, Eduardo Guardia, afirmó que si los precios globales del diésel cayeran en los próximos meses, el Gobierno podría optar por reducir los subsidios.
Por años, Petrobras subsidió los precios de los combustibles, lo que elevó su deuda y contribuyó a las alzas de los precios del diésel. Desde el comienzo del paro, la empresa ha perdido 113.000 millones de reales en capitalización de mercado por el temor a que su independencia se vea comprometida.
Guardia dijo que el Gobierno rebajaría su gasto en 3.800 millones de reales para compensar en parte los costos de los subsidios, que podrían llegar a los 9.500 millones de reales (2.600 millones de dólares) este año, y evitar incumplir el objetivo presupuestario de 2018.
También tendrá que subir los impuestos para compensar una pérdida adicional por 4.000 millones de reales por las exenciones tributarias al diésel, con el fin de evitar violar las normas presupuestarias.
Guardia dijo que eso sería compensado en parte por un alza en los impuestos sobre las nóminas salariales, pero además necesitaría más medidas fiscales que el Gobierno anunciará cuando se apruebe ese plan.
El ministro dijo además que el Gobierno implementará un impuesto variable sobre las importaciones de diésel que entrará en vigencia siempre cuando los precios globales caigan bajo los precios referenciales locales, para proteger la competitividad de Petrobras.
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