Los cancilleres de los países del foro BRICS (Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica), que se reúnen este viernes en Río de Janeiro para preparar la cumbre de noviembre próximo en Brasilia, aprovecharán la cita para abordar diferentes asuntos de la agenda mundial, incluyendo la crisis en Venezuela.
«La agenda temática es amplia y libre. Se espera que las intervenciones aborden prioritariamente asuntos de orden político y de seguridad internacional, como gobernanza internacional y reforma de la ONU, así como crisis y situaciones regionales», según una guía del encuentro divulgada por la cancillería brasileña.
Pese a que el documento no cita específicamente la crisis económica, política y social de Venezuela, el Gobierno brasileño ha manifestado en varias oportunidades su interés de discutir el asunto con Rusia y China, dos de sus socios en el BRICS, foro que aglutina a las cinco economías emergentes más importantes del mundo.
Mientras que el Gobierno del ultraderechista Jair Bolsonaro reconoce desde enero como mandatario interino de Venezuela a Juan Guaidó, Rusia y China mantienen su apoyo al presidente Nicolás Maduro.
Brasil, uno de los países afectados por el éxodo de millones de venezolanos y por las dificultades económicas de Venezuela, defiende presiones diplomáticas y económicas para forzar a Maduro a convocar elecciones.
En una entrevista que concedió a corresponsales extranjeros en Río este mes, el vicepresidente de Brasil, el general de la reserva del Ejército Hamilton Mourao, afirmó que la solución de la crisis en Venezuela exige un diálogo entre los diferentes actores involucrados, entre los que citó a Rusia y China.
«El asunto de Venezuela es algo complejo porque envuelve varios actores. No solo el pueblo venezolano y los actuales gobernantes sino también actores externos como Cuba, Rusia y China y obviamente el concierto de las naciones suramericanas y latinoamericanas, que quieren que Venezuela rápidamente recupere un orden político y económico compatible con el sistema democrático liberal», dijo.
Según Mourao, entre los actores externos que influyen en la crisis venezolana, China es el menos activo, aunque el hecho de que China y Rusia tengan sillas permanentes en el Consejo de Seguridad de la ONU es algo que impide que el organismo aborde la crisis en Venezuela.
Además de repasar la agenda regional e internacional, los cancilleres del foro también abordarán sus estrategias para elevar su participación e influencia en los organismos multilaterales, principalmente la ONU -de la que exigen una reforma-, el FMI y el Banco Mundial.
La cita también servirá para discutir «la marcha de la cooperación intra-BRICS, los resultados concretos esperados a lo largo de la presidencia (temporal) brasileña y las principales reuniones del calendario anual de eventos», según la guía de la cancillería anfitriona.
En la tercera reunión de cancilleres de este tipo del BRICS participarán los ministros de Exteriores de Brasil, Ernesto Araújo; Rusia, Serguéi Lavrov; India, Subrahmanyam Jaishankar; China, Wang Yi; y Sudáfrica, Naledi Pandor.
El encuentro también es preparatorio para la undécima cumbre de los BRICS, que se realizará en Brasilia el 13 y el 14 de noviembre próximo y para la que ya confirmaron presencia los jefes de Gobierno de los cinco países.
Brasil, que ejerce la presidencia temporal del bloque en 2019, se propuso como asuntos prioritarios durante su mandato el impulso de acuerdos en ciencia y tecnología y el acercamiento entre los empresarios de los cinco países y el Nuevo Banco de Desarrollo (NBD).
Este banco de fomento al desarrollo, brazo financiero que el foro creó como alternativa al Banco Mundial, es hasta ahora el principal resultado de los BRICS como responsable por la financiación de diferentes proyectos económicos de interés común.
En la presidencia brasileña «también será dado seguimiento a la cooperación en salud, que ya presenta resultados palpables en el combate a la tuberculosis», de acuerdo con la cancillería brasileña.
Brasil, que «viene privilegiando el foro BRICS como plataforma de cooperación pragmática», quiere alcanzar «resultados concretos que puedan beneficiar de forma tangible a la población brasileña», concluye el documento.
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