El constructor alemán Volkswagen mantuvo sus beneficios netos en el primer semestre pese a la ralentización del mercado mundial del automóvil, indicó este jueves la compañía.
El beneficio operativo ajustado aumentó en 1,9% en un año en el primer semestre, hasta 10.000 millones de euros, mientra que la facturación subió en 4,9%, hasta 125.200 millones.
Sin embargo en el segundo trimestre el beneficio operativo anual ajustado –el dato de referencia en el sector porque excluye elementos excepcionales– retrocedió en 8,1%.
«A Volkswagen le fue bien en un mercado a la baja», se felicitó el director financiero Frank Witter.
A pesar de la caída de la demanda, en particular en el mercado chino, Volkswagen se benefició de las ventas más rentables de sus vehículos SUV.
«A pesar de la caída de cerca del 4% del número de vehículos vendidos, la facturación aumentó» en 6,6%, hasta 65.200 millones de euros, explicó Witter.
Por su parte el beneficio neto se disparó en 24,2%, hasta 4.100 millones de euros gracias a la desaparición de una carga excepcional relacionada con el caso de los motores diésel trucados.
Para 2019, Volkswagen mantuvo sus objetivos de ventas de coches «ligeramente superiores» a las del año pasado y de un crecimiento de «hasta el 5%» de la facturación.
Volkswagen tiene previsto empezar a suprimir miles de puestos de trabajo en el marco de un programa de reducción de costes cuyo objetivo es financiar la transición hacia los autos eléctricos.
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