El presidente de Cuba, Miguel Díaz-Canel, finaliza esta semana una gira por países aliados con una visita a Rusia, cuyo gobierno respalda fuertemente a la isla caribeña frente a las crecientes hostilidades de la administración Trump.
El gobernante cubano sostendrá el martes un encuentro con su par Vladimir Putin, según la agencia estatal rusa Ria Novosti. El resto de la agenda aún es reservada, así como los días de permanencia del mandatario isleño en Moscú.
Antes, Díaz-Canel visitó Irlanda, luego Bielorrusia y finalmente Azerbaiyán, donde participó de la XVIII cumbre del Movimiento de Países No Alineados.
En la cita compartió lugar con el venezolano Nicolás Maduro, otro de sus aliados, quien como él está en la mira de Washington.
Estados Unidos busca un cambio en el sistema socialista de la isla. Responsabiliza al gobierno de Cuba de la «represión a su propio pueblo, además de su continuo apoyo», incluso militar, a Maduro.
Las sanciones estadounidenses han recrudecido el bloqueo que Washington aplica contra la isla desde 1962, con medidas que afectan al turismo, las inversiones, el envío de remesas y la importación de combustible.
«No esperemos que las bombas caigan sobre Venezuela o sobre Cuba -como ya caen sobre Siria y antes sobre Irak y Libia- para apoyar su reconstrucción. Impidamos la agresión. Paremos a tiempo la desbocada ambición y la prepotencia del imperio», dijo Díaz-Canel en la cita de Azerbaiyán.
– «Siempre podrá contar con Rusia» –
Los últimos 12 meses han sido intensos para la relación Rusia-Cuba. En medio del recrudecimiento de las hostilidades con Washington, Díaz-Canel viajó a Moscú en noviembre de 2018.
Y este año, el canciller Serguéi Lavrov estuvo por la isla en mayo, mientras que el vicepresidente del Consejo de Ministros cubano, Ricardo Cabrisas, devolvió la visita en septiembre.
Un mes después, el primer ministro ruso Dmitri Medvedev visitó La Habana. «Cuba siempre podrá contar con el apoyo de Rusia», dijo entonces.
El segundo hombre más poderoso de Rusia aseguró que Cuba tiene en ellos a «socios y amigos confiables», reafirmando el respaldo de Moscú a la isla que vivió bajo el alero soviético durante casi treinta años, hasta inicios de la década de 1990.
«Con el presidente Miguel Díaz-Canel hemos reafirmado el deseo de reforzar nuestra cooperación estratégica», agregó Medvedev, quien presentó una serie de acuerdos en cooperación científica, aduanas, sector ferroviario y uso pacífico de la energía nuclear.
– Alianza geopolítica, no ideológica –
En un contexto electoral, el presidente estadounidense Donald Trump busca ganar el apoyo de Florida, con parlamentarios cubano-americanos abiertamente opositores a las relaciones con el gobierno comunista de la isla y que promueven el recrudecimiento de las sanciones.
«Empujan a Cuba hacia las alianzas tradicionales, vemos una mayor interacción con Rusia y China, pese a que es dañino a los intereses de Estados Unidos, pero no les importa», dijo el analista político Arturo López-Levy, académico del Holy Names University de California.
Rusia parece haber comenzado ya su «retorno» a suelo cubano, con un aumento del comercio del 34% en 2018, a 388 millones de dólares, y que debería acercarse a los 500 millones de dólares en 2019, según cifras oficiales.
En los últimos meses, Moscú, el tercer socio comercial de Cuba detrás de la Unión Europea y China, otorgó a la isla un préstamo equivalente a unos 40 millones de dólares para modernizar su industria militar.
También anunció un plan de inversión de mil millones de dólares a 2030 para renovar los ferrocarriles cubanos y estableció acuerdos con La Habana en materia de ciberseguridad.
Pero, lejos de una alianza ideológica compactada por un escenario de Guerra Fría en los años 60, este nuevo acercamiento responde a cuestiones de estrategia geopolítica.
El secretario del Consejo de Seguridad de Rusia, Nikolái Pátrushev, visitó Cuba a mediados de octubre para cooperar en de seguridad e inteligencia.
«No es un tema ideológico sino geopolítico (…) En tanto que la relación con Estados Unidos se vuelva peor, la dinámica de relaciones de Cuba es ir buscando balance. Motivados por la geopolítica pueden construir una relación interesante con Rusia», aseguró López Levy.
Pero, para él, hay «líneas rojas» sensibles con Estados Unidos que ni Cuba ni Rusia van a cruzar en esta ocasión.
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