martes, 1 de octubre de 2019

Informe Especial | El dólar no determina los aumentos de precios en Venezuela

Venezuela sigue sumergida en la espiral hiperinflacionaria junto con una serie de desequilibrios en los ámbitos fiscales y monetarios más la caída de la producción local y petrolera, en medio de sanciones financieras y serias trabas de corresponsalía financiera, factores que inciden en que los precios de casi todos los rubros se ajustan con considerable volatilidad.

La continuidad de la hiperinflación sigue presente aún con una medida que no existe en ninguna otra parte del mundo, según la cual un Banco Central impone un 100% de encaje marginal a los bancos en un momento de depresión económica. Sin duda, la política debería tener un sentido absolutamente iuverso y expandir la cartera de crédito para que las empresas puedan mejorar su flujo de financiamiento, resistir la crisis y seguir operando.

El primer punto que debemos entender es que, en la estructura de costos de las empresas, el dólar no oficial no es el único factor que condiciona el precio. Si bien es un elemento importante, debemos considerar que de igual forma están presentes los sueldos y salarios, alquileres, servicios, materia prima nacional, factores que mueven el costo de producir el bien y que, por tanto, afectan el precio final.

Venezuela se encuentra muy lejos de tener movimientos de precios que respondan inmediatamente a variaciones de precios del dólar no oficial, simplemente porque las estructuras de costos son mucho más complejas de lo que parece a simple vista; es decir, la relación entre inflación y tipo de cambio no es simétrica ni perfecta.

El segundo elemento es que las expectativas juegan un rol crucial. De hecho, en las experiencias de hiperinflación en el mundo, lo que diferencia la explosividad en la subida de precios, no son las condiciones macro, sino el papel de las expectativas y como se convierten en una espiral incontrolable, sino se aplican políticas de estabilización urgentes.

Para que los agentes económicos a cargo de la fijación de precios dejen de incrementarlos, tienen que confiar en que la senda de crecimiento de la oferta monetaria será estable en el futuro y/o que existirá un mecanismo confiable de acceso a divisas con un precio estable.

Los gobiernos que se enfrentan a un problema de credibilidad imperfecta terminan adoptando políticas monetarias y fiscales restrictivas, no porque ello sea óptimo para la economía, sino porque es la única forma que tienen de hacer creíble la promesa de bajar la inflación.

Por tercer elemento, tenemos que la caída de la producción de petróleo continua con más de 1.000.000 de barriles en los últimos dos años y, en caso que las licencias de las empresas mixtas con participación estadounidense -especialmente Petropiar con Chevron- no se renueven en octubre, la producción puede caer hasta por debajo de los 500.000 barriles por día, mientras nuestras mediciones de importaciones reflejan una caída del -56% en el primer semestre del 2019, en comparación con el mismo periodo del año pasado. Si esto continua, como en efecto estimamos, las importaciones serán menos de 8.000 millones de dólares en 2019.

En cuarto lugar, hay que tener en cuenta que el BCV y el Gobierno saben que la disciplina fiscal como una constante es inviable en un ambiente de fuertes restricciones externas, sin liquidez en divisas y sin corresponsalía financiera, por lo que el único canal para la ejecución de pagos son los bolívares, ante lo cual, las presiones monetarias siempre serán una constante que aparecerá en momentos puntuales y disparará el tipo de cambio a un nuevo nivel de precio.

En este sentido, al cierre de agosto, la cartera de créditos de la banca fue equivalente a solo 270 millones de dólares, mientras el saldo de todo el financiamiento monetario fue de 500 millones en la primera semana de septiembre, reflejo de que el impacto de la inyección de dinero del BCV a Pdvsa es más del doble del efecto que puede tener la expansión crediticia sobre la variación del tipo de cambio y, por tanto, sobre los precios.

La hiperinflación sigue siendo el problema medular a resolver en la economía venezolana y su análisis es muy relevante para todos, especialmente empresarios y gerentes. En este Informe Privado de Aristimuño Herrera & Asociados revisamos nuestros escenarios y hacemos recomendaciones para sortear lo que resta del año en esta circunstancia crítica.

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